Mantener la mirada limpia y fresca no solo depende de un contorno tratado mediante una crema específica, evitar las bolsas y ojeras con un gel destinado a tal efecto, dormir bien, poner las gafas cuando es necesario, y maquillar o resaltar lo mejor de nuestros ojos… Si los requisitos de esta lista os han parecido muchos, falta uno esencial para mantener unos ojos saludables y cuidados ¿Lo has echado de menos o te ha pasado inadvertido?
Desmaquillar es la palabra y la acción clave, pero hacerlo de forma correcta, porque el método de algo que parece un procedimiento rutinario, inocente y fácil es trascendental a la hora de cuidar la juventud del contorno y la salud ocular. ¿Repasamos la esencia de este ritual?
Limpieza
Limpieza en el mas estricto sentido de la palabra, y no me refiero al método elegido, me refiero a la forma, cuestiones como utilizar siempre un algodón "inmaculado", cerrar los productos que usamos y no contaminar su contenido con los dedos o algodones previamente utilizados en el mismo proceso. Si te quedaste corta, y necesitas más producto, utiliza un algodón nuevo.
Unas bases
Existe un truco infalible para cualquier método desmaquillante o textura que utilices: se trata de humedecer el algodón previamente, solo humedecer. El resultado: gastar menos producto y permitir mayor frescura y un menor impacto sobre la piel. Una piel que sabemos es la más delicada del rostro, por lo que debe ser respetada al máximo. No penséis que esto restará efectividad, dado que el producto quedará en la superficie externa del algodón.
Siempre hay que pasar suavemente el algodón y nunca, nunca, desplazar la piel. La idea es acariciar el párpado, y si veis que el maquillaje no desaparece de forma fácil es que no estáis utilizando el producto adecuado a vuestros artículos de color. Si lo que trabajáis son la pestañas, tardan más en desmaquillarse, así que tratad de no tocar demasiado el párpado e incidid solo sobre las pestañas.
Cuando queden restos de producto en zonas de difícil acceso, como el nacimiento de las pestañas, elegid bastoncillos y prodeced desde la parte interior a la exterior, para evitar introducir restos en la conjuntiva.
La elección
Sabéis que existen muchas texturas, bifásicas, oleosas, aguas micelares, en gel, leche, acuosas. Mi consejo, bajo la experiencia es elegir los productos hipoalergénicos, suaves, preferiblemente sin perfumes y siempre sin alcohol. Entre mis favoritos, los destinados a ojos sensibles.
Para terminar
Por último, hidrata siempre después de desmaquillar. Aplica tu descongestionante o contorno habitual, y recuerda que este último nunca debe darse en los párpados, solo en la parte del pómulo más cercana a la cuenca ocular. Si sientes que tus párpados necesitan hidratación, recurre a los geles descongestionantes que nunca aportan grasa, pero sí agentes hidratantes y refrescantes. Una rutina que te permitirá tener una mirada limpia, fresca y descansada.