Cuando uso la palabra aceite facial con mis clientas aun a muchas les hace casi dar un respingo hacia atrás, y os confieso que a mi hace un tiempo también me pasaba, pero el tiempo y la ciencia han conseguido que modifiquemos esta percepción hasta el punto de llegar a considerarlo como producto imprescindible de rutina para muchas de nosotras. Utilizarlo es una nueva tendencia, ya muy arraigada, y que como os digo, nació desde el más puro escepticismo, pasó por el pavor y se detuvo en la observación. Gracias al constante avance y especialización de la cosmética, percibo facultades, que unidas a texturas exquisitas, esencias deliciosas y beneficios visibles han eliminado aquel concepto y efecto que antes se asociaban a este tipo de aceite.
Lejos de ser solo aquel excelente auxilio para el cabello o tratamiento corporal, resultan estupendos faciales, tratamientos de choque, cura de belleza y hasta para algunas, indispensables diarios que se han incorporado a la rutina cosmética facial. Os confieso que hay días en que mi piel no solo me pide esas gotitas mágicas, también mi sentido del olfato y bienestar, debido a las extraordinarias propiedades y beneficios sensoriales que suman sus extractos y esencias.
¿Qué tienen los aceites que enganchan?
Un plus de nutrientes: los aceites faciales están formulados para aportar nutrientes a la piel y además ayudará a preparar a la dermis a un tratamiento posterior. Un momento, ¿esto no es lo que hace un serum? Sí, pero no aportan la misma nutrición que un serum, por eso es mejor que sean complementarios, no sustitutos.
-Iluminación de la piel: la textura oleosa es perfecta para iluminar la piel, la piel asimila los nutrientes de forma más rápida y se consigue una piel unificada.
-Son 'booster': esto quiere decir que son cosméticos potenciadores de las propiedades de otros productos. Son perfectos para esos días que necesitas una dosis extra, se utilizan mezclando dos o tres gotas del aceite con tu cosmético habitual, los resultados se ven de forma inmediata.
¿Cómo se usan?
Para sacarle el mayor beneficio hay que aplicarlos de la forma correcta. ¿Lo bueno? Que hay muchas formas de utilizarlo.
Puedes aplicarlo como 'primer' antes de tu maquillaje, gracias a tu textura fija muy bien el maquillaje en la piel. También en los labios, sobre todo si vas a utilizar un labial mate ya que suelen resecar en exceso. Unas gotas de aceite y solucionado.
Otra opción es mezclarlo con tu crema hidratante habitual para aportarle nutrición.
Puedes utilizar el aceite para la cara también como tratamiento intensivo por la noche. Aplica una cantidad generosa en el rostro y masajea hasta que se absorba correctamente. Préstale especial atención a las zonas más necesitadas.