Bien, aquí estamos porque hemos vuelto. Se terminaron las vacaciones y se terminó el dolce far niente. Hemos descansado, hemos viajado, visto mundo y disfrutado.
El colofón ha sido el puente del día de Extremadura. Aún me quedaba algún día de vacaciones y mi mujer me planteó ir los dos a pasar 3 días a Madrid. Pero no como hemos hecho tantas y tantas veces, ir a algo concreto, a un acto, a una visita, hemos ido a conocer Madrid (bueno, lo que se puede conocer en 3 días, y no es poco)
Pero claro, había que darle emoción a la cosa así que decidimos irnos a la aventura y ¡Qué mayor aventura que desde el far west viajar a Madrid en tren!
Para nuestra desgracia ya solo nos faltan los pieles rojas.
¡Y cómo no! Nuestro sistema ferroviario no nos decepcionó. En Cáceres nos pusieron otra locomotora y al llegar a Villaverde Alto de nuevo nos paramos. Como nadie, ni revisores ni megafonía, informaba llamé a información de Renfe y me dijeron que se había detenido el tráfico ferroviario porque salía humo de un túnel, no recuerdo el nombre. El martes cuando presenté mi reclamación, me devuelven el importe íntegro del viaje de ida, pregunté, y el follón ferroviario se debió a que alguien quemó una papelera o similar dentro del túnel y la lió. Espero que puedan localizar al interfecto y caiga sobre él el peso de la Ley, porque la gracia cortó todo el tráfico ferroviario de la zona hasta Atocha.
La vuelta fue sin incidentes, se conoce que como el tren viene cuesta abajo tiene menos problemas.
Y al parecer no solo he vuelto yo, también han vuelto las elecciones.
No sé qué ha pasado con Unidas Podemos. La verdad que yo lo habría planteado de otra manera pero con independencia de mis preferencias, sí hay algo que me gustaría decirle a Unidas Podemos cuando preguntan y preguntan que por qué no les hacen otra vez la oferta de la vez anterior… la de los ministerios… ¡Haber elegido susto!
Y ahora. ¡Que cada palo aguante su vela!