“Por encima del campo pasó el mes de septiembre” (Ángel González)
Los artículos que se escriben por estas fechas deben de reunir una serie de requisitos pues, a pesar de ser éste un verano distinto, no debemos molestar demasiado la “siesta” en la que anualmente “cae” la mayoría de las personas (modo off), con idas y llegadas de amigos, los niños de vacaciones, fiestas en los pueblos y un largo etcétera de situaciones preconcebidas de un año para el siguiente, según los hábitos “normales” de la gente “normal” que disfruta de unos días de asueto, después de estar todo el año trabajando. El tiempo meteorológico ayuda, claro; y eso que el calor de este verano no está siendo sofocante, para disgusto de los instaladores de aparatos de aire acondicionado, pues ya saben que cada cuál juzga la feria según le va en ella.
Ha habido oposiciones en diferentes modalidades a las que se han presentado muchos; unos lograron un empleo público, otros han entrado en el circuito de los interinos. En la Universidad, acabó el curso para estudiantes y profesores y como cada año, a algunos de los segundos les llegó el momento de la jubilación, algo natural, que les obliga y les enseña a cerrar una etapa y abrir otra. En las pequeñas ciudades de las pequeñas provincias de nuestro entorno se hace lo qué ya se hacía hace (como mínimo) unos veinte años, no en vano las viven fundamentalmente la gente mayor que, por lo general, es conservadora en usos y costumbres.
Hablar de temas transcendentes produce una pereza inmensa, incluso las redes están más monótonas que en invierno, más uniformes en mensajes y fotografías, más recurrentes en pequeñas y frívolas noticias mezcladas con las realmente importantes que tienen que ver con el gobierno de España, o de diversas Autonomías, e incluso con nuestro papel en Europa. En lo económico, alertan los informes de que no se levanta la crisis económica o de que se está produciendo una nueva ralentización. En lo laboral, sigue habiendo empleo precario y escaso, tanto que obliga a nuestros jóvenes a irse, continuamente, al extranjero.
En la maquinaria política se ha puesto en funcionamiento un estado de cosas que aparentemente no ve mal la cada vez mayor ubicación en puestos de servicio público a personas sin preparación ni méritos adecuados, ni tampoco la colocación de miembros de una misma familia en varios de ellos en las instituciones, bajo el esquema legal de “libre designación”. Y se sigue “ametrallando” al adversario/competidor por tierra, mar y aire cuando es imposible vencerlo o defenestrarlo en las urnas.
No pactan los partidos, no se les deja, escudriñados minuto a minuto por el ojo justiciero de cuántos imparten doctrina sobre lo qué se debe o no se debe hacer y aquí incluyo no solo a articulistas, periodistas o politólogos sino a cualquiera que entabla debates en cualquier barra o en el grupo de wassap en el que está incluido.
Cuanto termine agosto llegará septiembre y entonces se “despertará la fiera”, en cada punto y lugar, con la ¿aprobación? de los Presupuestos, al decidir ¿si habrá elecciones? en noviembre, y ¿cuánto avanza? la infraestructura ferroviaria por Cáceres. Mientras tanto, disfruten, lo qué puedan.
Carmen Heras