Permítanme vuestras mercedes que dedique mi comentario de hoy a D. Amancio Ortega, no ya para hacerle un panegírico que, sin lugar a dudas merece, si no para agradecerle su filantropía y su generosidad.
Como deben saber los que tienen la caridad de leerme, D. Amancio Ortega empresario gallego ha donado más de 300 millones de euros para la lucha contra el cáncer, con este dinero se quiere dotar a los hospitales públicos de aceleradores de electrones de última generación que cuestan 2 millones de euros cada uno y que son los más avanzados del mundo y sirven para radiar los tumores más escondidos y de más difícil acceso. Es decir, modernizar la sanidad pública de nuestro país en la lucha contra esa terrible enfermedad que es el cáncer.
En cualquier otro sitio que no sea España, estoy casi seguro que a D. Amancio se le hubiera primero agradecido su gesto y luego se le hubiera dado un reconocimiento a su filantropía pero, aquí pintan bastos para los que triunfan en la vida a base de trabajo y esfuerzo y consiguen un patrimonio fruto de sus méritos.
La envidia es el pecado capital de este país como ya decía Don Fernando Díaz- Plaja en su libro “El español y los siete pecados capitales”, aquí al que destaca por su valía se le buscan las cosquillas rápidamente y se inventan, si hace falta, todo tipo de falacias para ponerle a caer de un burro. Cuanto más mediocre es el personal más envidioso es y más disfrutan con las desgracias del prójimo. Además, en nuestra querida España tenemos la izquierda patria más sectaria del mundo, el sectarismo viene de su mezquindad, nada contrario a su ideología se acepta per se aunque, suponga una mejora objetiva para los ciudadanos a los que dicen representar.
El Sr. Iglesias comunista de mesa camilla y “casoplón” y sus huestes de desarrapados mentales desprecian que alguien dedique parte de su peculio personal a ayudar a los demás alegando que ese dinero atenta contra la dignidad de la democracia en la que por otra parte ellos no creen. Para estos pelachufas todo se arregla diciendo que los ricos tienen que pagar más impuestos.
Inditex la empresa de D. Amancio además de crear miles de puestos de trabajo y crear riqueza contribuye a las arcas del estado con miles de millones de euros en impuestos, mientras D. Pablo, su partenaire Dña. Irene y demás pandilla de zánganos viven opíparamente de la mamandurria pública con el único mérito de ser votados por unos ingenuos que creen que el comunismo rancio les va a sacar de pobres.
Hay que ser muy miserable para criticar una donación altruista que puede salvar la vida a mucha gente. Espero que esta caterva de golfos, holgazanes y granujas no tengan que vérselas con esta terrible enfermedad y que no puedan ser tratados por falta de medios aunque, seguro que ellos acuden a la sanidad privada, una cosa es predicar y otra dar trigo.
Lo que sí que resulta chocante y hasta esperpéntico, si no se tratara de un tema tan serio, es la postura de nuestro pío y beatífico presidente autonómico D. Guillermo Fdez. Vara. Sus opiniones sobre este asunto son tan pueriles como sectarias, dice D. Guillermo: “No es mi modelo que la tecnología sanitaria la compren las empresas” y digo yo, ¿cuándo no hay dinero público para comprar esa tecnología que hacemos, nos aguantamos y nos morimos defendiendo su modelo?
Sr. Fdez. Vara usted hace ya tiempo que tenía que estar amortizado como político, usted ya no da más de sí. Al contrario que la mayoría, usted ha pasado de ser un conservador en su juventud a convertirse en la madurez en un comunista rancio con un halo seráfico. El SES en nuestra comunidad no puede permitir que en aras al “modelo” del Sr. Vara la gente pueda morir por falta de medios. Aquí faltan médicos, se suprimen servicios y disfrutamos de medios técnicos cada vez más anticuados. La sanidad pública extremeña hace aguas por todos los lados, las listas de espera son interminables, aquí hay gente que muere de cáncer sin ni siquiera ser diagnosticado o cuando lo son, la enfermedad ya no tiene remedio. Usted no ha comprado los aceleradores de electrones para los que recibió un dinero porque seguramente no se ajustaban a su “modelo”, usted y, nunca creí que lo diría, es un miserable que juega con la salud de los ciudadanos por defender su “modelo”, usted da pena.
Amancio, mi agradecimiento y el de muchos ciudadanos por su altruismo desinteresado, muchas gracias y disculpe a tanto necio. Estoy seguro que la mayoría de los españoles de bien agradecen su gesto y están orgullosos de tener un compatriota como usted que, sin ninguna obligación, pone parte de su patrimonio al servicio de la sanidad pública.
