Salvo en el primer Gobierno de la Transición, del que formé parte en Extremadura por entender que en aquellos momentos había que colaborar (no sin cierto escepticismo), y cuya experiencia acabó para mí como tenía que acabar, no he vuelto a mostrar mi apoyo al PSOE en ningún proceso electoral, y me he abstenido más de una vez.
¿Cual es la razón por la que en esta ocasión apoyo a Pedro Sánchez y además quiero expresarlo públicamente? Intentaré exponerlas brevemente porque son varias.
El proceso de deterioro de la vida económica, política, social y ecológica que se ha producido en nuestro país, y en otros muchos, en los últimos años está a la vista de cualquier persona mínimamente informada. La crisis orquestada (como todas la crisis) a lo largo de esta década, por el sistema capitalista imperante, nos ha llevado a un retroceso en los salarios y en los derechos fundamentales que se habían conquistado por la clase trabajadora francamente preocupante. Ello ha venido acompañado de la aparición de partidos y movimientos políticos dictatoriales y xenófobos que van creciendo; y apoyados por sectores de la derecha más conservadora empiezan a constituir una seria amenaza para la democracia, para las clases más desfavorecidas e incluso para la clases medias, y para los derechos más elementales de la propia convivencia ciudadana. Esta amenaza se extiende también a la cultura y al medio ambiente, con un avance negativo del cambio climático cada día más alarmante.
Ante esta situación, en España asistimos a un proceso de unión entre las derechas convencionales, PP y Ciudadanos, y esta nueva fuerza parafascista denominada Vox, con la que ya gobiernan en Andalucía, aunque a ello hayan contribuido los errores y escándalos del PSOE andaluz.
La aparición de Pedro Sánchez en unas primarias de este partido provocó la reacción de los sectores del viejo aparato socialista, que le combatió en una lucha miserable y desproporcionada, a la que él supo plantar cara con su dimisión, hasta conseguir de nuevo los apoyos que le han llevado al Gobierno, aunque haya sido en unas condiciones precarias, en las que ha intentado y conseguido en parte sacar adelante algunas medidas importantes.
Yo no sé si Pedro Sánchez llegará a ser eso que llaman un “Hombre de Estado”, cosa que solo han conseguido con el tiempo algunas figuras de la política, tras enfrentarse a muchas situaciones difíciles, como puede ser el caso de Angela Merkel (Mujer de Estado), por poner un solo ejemplo. Pero hasta aquí ha dado muestras de no arredrarse en las dificultades y se va manejando cada vez mejor ante los problemas que tiene dentro y fuera de su partido, y dentro y fuera de España, incluida la Unión Europea, en la que se mueve con prudencia, pero con una tenacidad que a mi me parece importante.
Posiblemente tiene algunas figuras a su lado que deberá cambiar cuanto antes, pero es cierto que también ha sabido rodearse de otras con gran experiencia, preparación y buena imagen en el exterior. Y ha llevado al Consejo de Ministros a una mayoría de mujeres, que también es algo muy importante, que nadie se atrevió a hacer hasta ahora. Espero que tenga tiempo de hacer los cambios que crea necesarios para mejorar su gestión.
En conclusión, ante la amenaza de una derecha cada día más escorada hacia posiciones autoritarias, cuando no retrógradas y hasta fascistoides, y una Unión Europea amenazada por esos mismos problemas, creo que la presencia de un líder joven, cuya preparación aumenta cada día, que domina idiomas y afronta situaciones difíciles, puede ser muy importante para España y para Europa, y que yo sepa no tenemos nada mejor a la vista.
Por estas razones y por la preocupación que siento de que en España podamos volver a tiempos ya olvidados es por lo que en esta ocasión expreso mi apoyo a Pedro Sánchez, con la esperanza de que pueda dejar atrás tiempos pasados de un PSOE que iba hacia la decadencia, como les pasó en su día a los partidos socialistas de Italia, Francia, Grecia, etc.
Pedro Sánchez es hoy el único líder socialista que puede cambiar el rumbo errático de ese partido; que puede gobernar España con más decencia e inteligencia que los gobiernos anteriores; y que puede ser un puntal importante para que la Unión Europea vuelva a reconstruir su unidad y sus objetivos de jugar un papel fundamental en la preocupante situación surgida ante las potencias que hoy luchan por el control de la economía en el mundo.
