Que jodida que es la realidad, por más que nos empeñemos siempre nos devuelve al principio.
Llevo unos días revuelto, serán los cambios de tiempo, desasosegado.
Hace un par de días asistí a la presentación de un libro sobre prostitución. Hubo sus más y sus menos pero ahí no voy a entrar. Tengo muy claro que la prostitución debe ser prohibida y perseguida y cuando digo prostitución me refiero a esas pobres muchachas engañadas cuando no secuestradas por mafias internacionales y nacionales que se enriquecen a costa de ellas. Perseguir sin cuartel a los proxenetas y a los puteros sean de donde sean y sean quienes sean, ¡duro, a la cabeza y al bolsillo, que duele más!
También estoy raro por esa noticia sobre que el miércoles fue detenido un hombre en Madrid por suministrar Pentobarbital a su esposa, enferma de esclerosis desde 1989, para ayudarle a morir.
No lo entiendo. No entiendo en base a qué, algunos políticos se niegan a reconocer esa realidad.
Por qué la derecha de este país es tan reticente, tan cicatera, tan insolidaria a la hora de regular por ley realidades incontestables y que además son leyes que no obligan.
Me parece muy bien que Tu creas en un ser mágico mitológico que ordena y regula tu vida, perfecto, tu mismo. Pero ¿ En base a qué Yo tengo que seguir esos dictados y ordenes de tu divinidad? La Ley del Divorcio, la Ley del Aborto, la Ley (pendiente) sobre la Eutanasia, al contrario de la Ley de Tráfico, que es obligatoria para todos, No Obligan. Son leyes para no cumplir o para cumplir a voluntad.
Tal vez Tu te consideres en la obligación de salvar mi alma eterna de las penas infinitas del infierno.
Te eximo de esa obligación, no solo te eximo es que te exijo que me dejes en paz, que entiendas que tal vez Tu dios no exista porque el único verdadero es el mío o que tal vez estemos los dos equivocados y el dios verdadero sea otro o que simplemente no exista.
