¿Cómo no voy a creer que somos el resultado de muchas culturas pasando por el crisol del tiempo y sus depuraciones, si en cuestiones mucho más pequeñas y personales así ha sido?
No me siento cómoda con algunos discursos. Antes pareciera todo mucho más sencillo sin tanta interpretación psicológica y freudiana. Algunos tuvimos educación separada (las niñas con las niñas ...) y no hemos salido enemigos los unos de los otros, fans a ultranza del mundo proletario, ni mucho menos del patriarcado. Tampoco partidarios de hacer violencia con nuestros congéneres.
Cuando los asuntos se ven en sus contextos, todo ayuda. Mi generación no creo que haya sido mala del todo, ni inútil. Tampoco fue por ahí, sacando tripa y diciendo que estaba suficientemente preparada. Caminó como una hormiga, mejor dicho, como un gran ejército de hormigas, humildes (y poderosas por ello), sin desfallecer. Entró en la universidad y ayudó a regresar a la democracia. Era su obligación y punto. Evidentemente también tuvo fallos, quien no.
Cuando los enemigos de afuera son fuertes y peligrosos, los humanos volvemos sobre nosotros mismos y los buscamos dentro. El yin y el yang. Lo he visto hacer demasiadas veces, como para no identificarlo. Sólo así se puede entender una guerra civil entre vecinos, una pelea en la comunidad, un asunto doméstico judicializado, una represión entre correligionarios , entre colegas...
Por el contrario, yo creo en las reformulaciones generales: el respeto a todos incluye el respeto a la mujer como ser humano, la educación en lo general aviva la mente para trabajar en lo pequeño, la aceptación de la igualdad de derechos de cualquier persona, nos aleja de las “pijerias” vigentes sobre lo de acá y lo de allá, sobre la autoridad por nacimiento y por apellido. Y todo así.
Una interpretación de la historia como lucha (en términos absolutos) de depredadores y oprimidos, olvida (me parece a mi) la función que tiene cada espacio y cada sector en el organigrama general, donde las partes (aún las más pequeñas) sirven al conjunto cuando actúan con garantías y en libertad. Una sola teoría política, económica, educativa o metodológica no explica la generalidad como tal y haríamos bien en no meter en las cabecitas de nuestros niños y adolescentes planteamientos equívocos y en exceso simplistas. No toda mujer, atendiendo su casa y su familia es una víctima. No toda mujer, por serlo, es acosada, no todos los hombres son arrogantes y violadores. Y así, con todo.
¡Cuidado! El momento es tan imprevisible, el mundo ha cambiado sus reglas tan radicalmente que se tiene la tentación de explicarlo de acuerdo a los eslóganes de siempre, escritos en blanco y en negro. Pero existe la inteligencia artificial (programa de computación diseñado para realizar determinadas operaciones que se consideran propias de la inteligencia humana, como el autoaprendizaje) y existen las tecnologías avanzadas de impresión 3D, que pueden servir como
prototipos de producto. Así que debiéramos mirar con mejor óptica las viejas teorías de construcción.
Carmen Heras