LA PUERTA DE TANNHAUSER
Sobre mitos, signos y poesía
| | 23 de Noviembre | 11:11
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Sostiene Pavese en sus diarios (El oficio de vivir) que la fabulación, estado previo al de la poesía (curiosa definición de tal arte, por cierto) es la consagración de los lugares únicos, los cuáles unidos a un hecho, una gesta, o a un acontecimiento, y movidos por la fuerza abigarrada del poeta, son transformados en símbolos absolutos.
Tales manifestaciones (los signos) pueden ser vistas como el “registro fósil” de nuestro saber oculto, que se dejan entrever a medio desenterrar en el límite que separa nuestra vida consciente de la que no lo es.
Ahí es donde reside mi interés por el arte poético, puesto que la poesía en su alma más profunda (Poesie según los romántico alemanes) es el campo fecundo al que recurrir si es nuestra intención cruzar más allá del velo del Maya, tal y como decía el maestro Schopenhauer.
Fue Jung, influido por la impronta del genio de Danzing (¡Un símbolo per se!) el que habló de las imágenes simbólicas y el poderío metafísico que en su interior subyace:
Llamamos símbolo a un término, un nombre o una imagen que puede ser conocido en la vida diaria aunque posea connotaciones específicas además de su significado corriente y obvio.
Es decir, una revelación que se sabe revelada aún a pesar de su naturaleza desconocida, una puerta que se abre solamente con la llave de la intuición, del instinto y de la pulsión desgarrada del que lo sugiere.
La Poesía, por lo tanto, así entendida, se convierte en una raíz evocadora de signos, siendo cada uno de ellos, los nudos de una inmensa e infinita red que constituye el universo las ideas, el abismo de lo absoluto, el magma de la unicidad que nos compone y que se oculta bajo la sombra del árbol de la razón (otra vez Pavese nos aclara con esmero).
Y así, deberíamos concluir que el poeta no es más que un arqueólogo que abre tajos sobre el sustrato de la consciencia, y que gracias a ese don que tiene , entresaca mitos a partir de su propia trascendencia, mostrándonos desde su obra, el acervo común a todos los mortales, y que se dejan entrever en cada verso escrito.
El próximo viernes día 23 de Noviembre honramos en San Vicente de Alcántara la memoria de un artista en estos menesteres: Ángel Campos Pámpano, uno de los poetas mayores que ha dado esta fecunda tierra extremeña. Allí estaremos evocando a los mitos y a los símbolos a partir de su legado, una vez más.
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