El nudo gordiano del problema

Quizás no habrá quien sea capaz de deshacer el nudo gordiano extremeño, hasta que un nuevo “Alejandro Magno extremeño” lo parta con su espada. Alguien que diga la verdad al pueblo, sin complejos, ni teniendo que guardar honras ni favores.

Los que ahora parece que vienen de Marte y se quejan de nuestro aislamiento, de no tener aeropuerto civil, de que el tren extremeño se rompa, de las traviesas viejas, de que el tren se queme o tenga averías diarias, de que descarrile, de que nos separe ya más de cinco años de Portugal, de que nos aísle del norte y otras partes de España, parece que no quieren saber la verdad. Si quieren saberla, que busquen en su propia casa, en su propio partido, en las estructuras legales que han querido tapar la boca a los que, desde hace años, pretendían denunciar el abandono y las injusticias con Extremadura y los extremeños. No querían que nadie pudiera estar fuera de control, fuera de su control y pusieron todos los obstáculos para evitar que entrara en el “club” gente libre que defendiera los intereses de Extremadura sin tener que someterse al poder que la utiliza y la margina. El dinero y las subvenciones lo arreglarían todo. Todavía siguen defendiendo, “al alimón”, esos obstáculos para los regionalistas y partidos minoritarios.

Es increíble que el delincuente investigue con seriedad al autor del delito; pero esto es más frecuente de lo que a primera vista parece.

El tren llegó a Extremadura por intereses de la minería de Almadén, con vía única, suficiente para cubrir los intereses de la mina y del capital. Pero no hubo nunca una planificación para el uso de la RENFE en Extremadura. Basta con mirar el mapa de España para descubrir el desierto ferroviario en la región. Pero ¿qué pueden decir los hijos de sus padres, los que militan en un partido de su propio partido? Se está disimulando de nuevo sobre los que nos han marginado y lo siguen haciendo muchos que parecen cómplices de lo que nos está pasando.

No pedimos represalias, no es nuestro estilo, sino que se sepa la verdad para que no nos engañen una vez más. Que no sean los intereses ajenos los que deciden por los extremeños. Supuesta nuestra solidaridad, queremos tener los mismos derechos y oportunidades que el conjunto de los españoles. Esperamos que las materias primas de Extremadura, como el agua, la tierra, el sol, la energía, que serán nuestro futuro, la minería, el petróleo, que nos permita progresar, serán respetados y utilizados, en primer lugar, para el progreso integral de nuestra región. Es inconcebible que el agua del Tajo, apenas deje nada en Extremadura, siendo la provincia de Cáceres por la que mayor recorrido tiene este río. Mientras en Extremadura hay grandes secarrales y no se riegan todas las tierras cultivables, ese agua se lleva para crear campos de golf y promociones turísticas a regiones que nos duplican en renta per cápita y en beneficios del Gobierno. Lo mismo ocurre con los transportes de mercancía para Europa, previstos por Extremadura y Madrid, y luego entregados al corredor Mediterráneo por presiones de los catalanes, valencianos y beneficiarios de la zona. A Extremadura se la sigue aislando e impidiendo su desarrollo. El mismo AVE, que se ha hecho para distancias importantes, quieren reducirlo ahora al trayecto Plasencia-Badajoz. Sería un AVE encerrado, aislado, como Extremadura. Esto no es razonable, ni parece tener sentido. Queremos un AVE que nos pueda llevar a Madrid, a París, a Berlín y a cualquier parte de Europa. Esto no es un juego ni un caramelo para contentar a niños.

Queremos salir de esa cadena maldita que nos impide un desarrollo integral por aquéllos que no buscan el bien de Extremadura, sino el poder decidir sobre Extremadura y manejarlo todo. Necesitamos más gente, más votos, más desarrollo y trabajo que nos pueda permitir levantar una voz fuerte de autodefensa. No podemos depender de los que están a sueldo de otros intereses, a veces contrarios al desarrollo integral de Extremadura. No es la justicia, ni la igualdad,  ni la ética la que genera las leyes, ni los programas de partido, sino el conseguir el poder para luego hacer lo que exijan los más poderosos.

El concepto actual de representación deberá ser modificado para que los representantes se conviertan en defensores de Extremadura y no sean simples figurantes al servicio de los partidos.