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La cultura y sus gentes

24 de Septiembre | 11:07
La cultura y sus gentes
A menudo somos un país de diletantes. De los que seguimos creyendo que todo ha de venir de las alturas. Debe ser cosa del carácter. Influencia de lo literario. Y de mucho tiempo de gobiernos absolutos con poderes “llegados” del cielo. 

¿Qué otros argumentos explicarían, sino, la constante y consabida queja ciudadana contra el gobierno de turno, sobre qué no hace esto o aquello? Y no lo digo por la queja, sino por la falta de reacción del votante, cuando se trata de colaborar en el bien común para que las ideas, recursos, etc de la Administración se hagan una realidad. 

El otro día, una persona conocida hacía una pregunta sencilla mirando la programación cultural de una ciudad similar a la nuestra. No se si conoce la historia sencilla de esa ciudad, una historia tejida sobre la cotidianidad de la cultura en sus calles, desde hace tiempo, mucho antes de haber tomado la decisión de presentarse al título de capital europea de la cultura 2016, título que perdió sin dramatismos. Y por comparación, la misma persona que elogiaba aquello se preguntó por qué no ha permanecido nada del Consorcio 2016 en Cáceres. 

Pues muy sencillo: porque el “querer” ciudadano no ayudó. Cuando la ciudad no pasó el “corte”, que siempre defenderé que debió pasar, el equipo gobernante intentó que se mantuviera la estructura y los fondos consorciados, pues los últimos iban unidos a la primera. Pero no pasó. Los partidos de la oposición se encargaron de que no fuera posible, y aunque estaban en su derecho a criticar, lo cierto es que sembraron la duda sobre la pertinencia de todo, pues día si, día no, declaraban a quien quería oírles que mantener el Consorcio era una ilegalidad. 

En conversaciones con la Administración autonómica, y con el resto de instituciones que lo conformaron, habíamos llegado a un cierto acuerdo sobre la remodelación de la estructura  para que ésta pudiera seguir funcionando en bien de Cáceres y Extremadura, pero la pugna política lo estropeó todo. Y no se pudo continuar. 

¿Dónde estuvo entonces el interés ciudadano que hubiera podido detener el final? Nadie habló en voz alta, así que triunfó la tesis más mediocre y menos ambiciosa. El Consorcio se cerró y de lo ocurrido después, no soy responsable ya que otro partido ganó las elecciones. 

En el debate de la sociedad civil, todos debiéramos dejar de hacer populismo y acertar con lo deseable. El Consorcio 2016 en Cáceres dio lugar a una gran actividad cultural y social durante el tiempo que duró la preparación del Proyecto de capitalidad; consiguió conectar con la ciudadanía en un plan colectivo de reconocimiento de lo propio y futuras posibilidades. Dejó además una Plaza Mayor renovada junto con otros lugares céntricos de reunión y encuentros entre iguales. Aborrezco ese dramatismo continuo que defiende que todo se hace mal siempre, porque no es cierto. No me gusta ese lamento continuo de los sectores que tanto pueden hacer en sus entornos, dada su capacitación, porque la ciudad fuera más brillante de lo que es en la actualidad. El nombre y el patrimonio deben trabajarse todos días y por parte de todos.

Carmen Heras



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