La hemofilia es un trastorno donde la sangre tarda mucho en coagular (no cesa el sangrado). Las personas que sufren esta patología no sangran más rápido, pero pueden estar sangrando durante un periodo de tiempo más largo.
¿A qué se debe?
Cuando nos hacemos una herida y sangramos, el cuerpo activa unos mecanismos para que se formen coágulos en la sangre que taponen esa herida y así, dejar de sangrar.
Esto lo hace mediante unas proteínas llamadas factores de coagulación. Estas proteínas actúan en cascada, es decir, como fichas de dominó, donde la primera va empujando a la siguiente, y así sucesivamente hasta llegar a formar el coágulo que taponará la herida para que no sangre.
Cuando uno de estos factores de la coagulación no está presente en la sangre, o no funciona como debería, se produce un fallo en la coagulación de la sangre y hay un sangrado continuo.
Es una enfermedad que se transmite de padres a hijos. Normalmente, los hijos varones la padecen, mientras que las mujeres pueden padecerla, o únicamente ser portadoras de la enfermedad (la transmiten en sus genes pero no la padecen).
¿Qué tipos de hemofilia hay?
El tipo de hemofilia depende del factor de coagulación que falte en la sangre.
- Hemofilia A: el factor afectado es el número VIII (ocho)
- Hemofilia B: el factor afectado es el número IX (nueve)
En ambos tipos la consecuencia es el sangrado continuo. La gravedad dependerá de si la persona tiene algo de ese factor o por el contrario no tiene nada.
¿Cuáles son los síntomas?
El principal síntoma es el sangrado. Pueden producirse hemorragias (sangrado) espontáneas, o con algún golpe o herida.
- Hematomas extensos
- Sangrado en músculos y articulaciones
- Sangrado repentino dentro el cuerpo sin que haya un motivo claro
- Sangrado durante mucho tiempo tras cortarse, extraer pieza dental o cirugías
- Sangrado durante mucho tiempo tras accidentes
Estas hemorragias pueden producirse en cualquier parte del cuerpo (normalmente se producen en las articulaciones y músculos).
¿Qué tratamiento hay?
El tratamiento consiste en reponer el factor de la coagulación que falte. Si el tratamiento es adecuado, puede asegurar una buena calidad de vida.
¿Qué precauciones debo tomar si soy hemofílico/a?
- Tener cuidado con los cortes, heridas y accidentes.
- Si no se puede parar el sangrado, acudir al hospital.
- Evitar consumo de diversos fármacos como la aspirina ya que puede favorecer la aparición de hemorragias.
- Acudir al médico ante cualquier síntoma
¡Y no olvide!
Consultar siempre con el médico cualquier tipo de medicación, síntomas o dudas. Este artículo es solo informativo.
