¿Qué es el ahogamiento en seco y ahogamiento secundario?

Durante el verano, los más pequeños pasan la mayor parte del tiempo de ocio jugando en el agua, muchas veces, sin saber nadar e ignorando el peligro de accidentes.

Muchos padres piensan que después de que su hijo haya estado jugando en el agua, el riesgo de poder ahogarse ha terminado, pero a las pocas horas tose, se muestra irritado y comienza a tener problemas para respirar.

Los términos ahogamiento en seco y secundario se usan indistintamente, pero refieren situaciones distintas que hay que saber diferenciar:

Ahogamiento en seco: Es la situación donde el agua nunca llega a los pulmones. El niño toma una pequeña cantidad de agua por la boca o la nariz provocando un espasmo de las vías respiratorias, lo que dificulta la entrada de aire a los pulmones. Este tipo de ahogamiento puede ocurrir poco después de haber salido del agua.

Ahogamiento secundario: El agua llega hasta los pulmones, generalmente, tras quedar la persona inconsciente, causando inflamación e hinchazón. Lo que ocurre es que tras la inhalación de agua, se produce el lavado y la desaparición de una sustancia que tenemos en los pulmones llamada “surfactante”, dando lugar a que los espacios aéreos del pulmón se colapsen y se plieguen sus paredes, por lo que no se rellenarían de aire. El niño puede responder bien a las maniobras de resucitación (reanimación cardiopulmonar) y quedar ileso, pero tras un periodo ventana de 1-72 horas, la función pulmonar se deteriora apareciendo distintos síntomas.

¿CÓMO IDENTIFICAR PROBLEMAS PARA RESPIRAR DESPUÉS DE UN BAÑO?

A veces no es posible presenciar la inhalación de agua en los niños y es importante reconocer los signos. El ahogamiento en seco y secundario presentan los mismos signos y síntomas:

Dificultad para respirar
Tos
Cansancio extremo
Somnolencia
Comportamientos extraños (falta de atención, dificultad para pronunciar palabras, pérdida de memoria...)

Después de un periodo de “casi ahogamiento”, el principal peligro es pensar que ya se está fuera de peligro. Aunque en la mayoría de los casos los síntomas desaparecen por sí solos, es importante consultarlo, por lo que los padres responsables del niño deberán llevarlo al hospital.

Los médicos valorarán si sólo ha sido un simple trago de agua o ha tenido que ser reanimado ofreciéndole la asistencia correspondiente, y posteriormente, lo reevaluarán.

¿CÓMO PREVENIRLO?

La mejor manera de prevenir cualquier tipo de ahogamiento, son las clases de natación y la supervisión continua de un adulto.