San Mauricio, toda una joya para los evocacionistas medievales

San Mauricio, santo cristiano, fue nada más y nada menos que comandante de las mítica Legión Tebana, legión compuesta únicamente por cristianos egipcios.

Esta legión sirvió honrosamente al Imperio, hasta que fueron diezmados y ejecutados por los romanos al negarse a cumplir la orden de perseguir a los cristianos de la Galia, lugar donde habían acudido para auxiliar al emperador Maximiano…menudo pago por los servicios prestados.

Todo esto lo sabemos gracias a la carta que el arzobispo de Lyon, Euquerio dirigió al obispo de Salvio comunicándole el martirio y sacrificio sufrido por los tebanos por defender su religión. Aun así muchos son los que dudan de la veracidad de estos hechos, ya que nadan en un mar de anacronismos.

Sean estos hechos ciertos o no, la que sí es digna de admiración es la escultura que representa a San Mauricio y que se encuentra en la catedral alemana de Magdeburgo.

Esta maravilla, datada en el año 1250 aproximadamente, es con toda seguridad la primera representación de etnia africana en el arte centroeuropeo, aunque por desgracia no se ha podido conservar entera. Le faltan las piernas.

¿Y qué tiene de curiosa esta escultura a parte de ser una de las primeras representaciones de la etnia africana?, pues su vestimenta. En ella podemos observar como San Mauricio viste con orgullo una cota de malla completa, almófar, guanteletes y cinturón. En otro tiempo debió de blandir en su mano derecha una poderosa lanza, la cual seguramente se perdería con sus piernas…una verdadera lástima.

San Mauricio, toda una joya para los evocacionistas medievales.