Las palabras, como representantes de las cosas, pueden sustituir a la realidad sin que nos demos cuenta de que no son las cosas, sino aquellas palabras que usamos en su lugar. Lo que corrientemente llamamos regalar los oídos. No nos basta el bonito envoltorio, sino su contenido.
Esto nos ha venido ocurriendo a los extremeños durante muchos años. “El puedo prometer y prometo” habría que completarlo o sustituirlo por: “Puedo prometer y lo cumplo”. Porque prometer es cuestión de palabras, incluso de buenas intenciones, pero las intenciones son válidas en la ética o la moral; en política hay que llegar a las obras. La política exige superar la intención y realizar lo prometido. Al “artista” se le juzga por la obra realizada, no por su intención de hacerla. Una política que no se traduce en obras es un fracaso total, queda dentro de las simples promesas. Quisiéramos que el Presidente llegara en ese tren nuevo que no es capaz de arreglar
A Extremadura no le han faltado promesas, algunas se vienen repitiendo, cambiando incluso de color, como los camaleones, según sus protagonistas.
Ingenuamente, las palabras las aceptamos, con frecuencia, como las falsas medicinas del “placebo”, como el conocido dicho “tente mientras cobro”. Sirven para tranquilizar, para contener la ansiedad, pero no nos curan y el abandono de la medicina verdadera termina con nosotros.
No queremos más medicinas “placebo”. Tenemos demostrado que podemos aguantar como nadie. Aquí no suele haber terroristas, no los necesitamos. Lo que sí necesitamos es justicia, igualdad, gobiernos que cumplan y no usen el engaño y la mentira como arma política tranquilizadora. Necesitamos gobiernos que no discriminen a unas regiones para volcarse en beneficio de otras.
Necesitamos un movimiento en Defensa de Extremadura, sin límites, a muerte, por encima de “representaciones” equívocas y engañosas. Queremos justicia para todos, igualdad, obras más que palabras.
Alguien dijo que el dinero público no es de nadie. No es verdad, ese dinero es de todos, aunque lo usen los Gobiernos para contentar a los que les crean problemas y, en este caso, pretenden destruirnos como nación.
EXTREMADURA UNIDA.