El himno
 | | 28 de Febrero | 12:45
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Cuando el otro día la cantante Marta Sánchez nos sorprendió interpretando el himno nacional con una letra que ella había compuesto, sin pretenderlo, volvió a abrir “la caja de Pandora hispana” y los fantasmas de nuestras filias y fobias aparecieron rápidamente por todo el escenario mediático nacional.
Un himno nacional es una composición musical que identifica a una nación y que une entre sí a quienes lo interpretan. Esta composición casi siempre tiene una letra que intenta exaltar la historia y las tradiciones de un país. El himno nacional español es, curiosamente, el tercero más antiguo del mundo tras el de los Países Bajos y el Reino Unido, pero, aunque se ha intentado muchas veces, carece de letra, a mi entender por dos razones principales: la primera porque se trata de una marcha militar que se compuso sin texto y con la intención de que sirviera sólo para desfilar y la segunda razón y, más importante, porque el secular sectarismo, fanatismo e intolerancia de los españoles ha hecho imposible que nos pusiéramos de acuerdo para consensuar una letra que hable de lo extraordinaria que es España y de la riqueza de nuestras tradiciones. Ha habido intentos, algunos francamente notables como el texto de D. José María Pemán que tuvo la desgracia de no ser de izquierdas por lo que rápidamente fue censurado y tildado de fascista por los hijos de la Pasionaria. La letra de Pemán es, en mi opinión, muy correcta políticamente y aséptica además de bonita ¡pero claro!, la tenía que haber escrito Lorca o Machado (D. Antonio, por supuesto) y estoy seguro que no hubiera habido ningún problema.
De todas formas, las letras de los himnos de muchos países son auténticos alegatos al imperialismo, la violencia, al rencor y al odio, pero son sus himnos y los cantan con emoción, respeto y patriotismo. Para muestra vean lo que dicen LAS LETRAS DE ALGUNOS:
El mejicano cuya letra está escrita por el español Jaime Nunó es un auténtico canto al belicismo, su coro dice así:
Mexicanos, al grito de guerra
El acero aprestad y el bridón;
Y retiemble en sus centros la tierra
Al sonoro rugir del cañón.
El de Italia tampoco tiene desperdicio sobre todo para los austriacos, a los que pone a bajar de un burro. Imagínense que nosotros dijéramos algo parecido del gallo de nuestros vecinos franceses.
Son cañas que se doblan
Espadas vendidos:
YA EL ÁGUILA DE AUSTRIA
HA PERDIDO SUS PLUMAS.
LA SANGRE DE ITALIA,
LA SANGRE POLACA,
BEBIÓ CON LOS COSACOS
PERO QUEMO SU CORAZÓN.
Que nuestra cohorte
Listo para morir
Italia llama
El del Reino Unido tampoco es moco de pavo, Dios es inglés sin ninguna duda.
¡Oh Señor Dios,
dispersa a nuestros enemigos,
y hazlos caer!
confunde sus pícaros trucos,
confunde su política,
en ti nuestras esperanzas ponemos,
¡Dios salve a la Reina!
Se imaginan, si en España la letra de nuestro himno nombrara a Dios, no les quiero decir el follón que organizarían nuestra izquierda laicista y anticlerical. Y eso de que Dios salve al Rey… ¡vamos, impensable para nuestros republicanos de mesa camilla!
El francés tampoco es trigo limpio e invita al personal a coger las armas y a no dejar títere con cabeza.
A las armas, ciudadanos!
¡Formad vuestros batallones!
¡Marchemos, marchemos!
¡Que una sangre impura
inunde nuestros surcos!
Como les decía, la mayoría de los países cantan su himno con patriotismo y emoción, independiente de la letra que se compuso en un momento histórico determinado y hay que valorarla dentro de ese contexto.
El himno de España data de 1770 cuando Carlos III lo declaró Marcha de Honor, aunque su composición es anterior y parece ser que fue un regalo de Federico II de Prusia, aunque no está totalmente constatado. Ha tenido varias letras algunas de gran belleza entre las que destacaré la de Eduardo Marquina de 1927 cuyo coro dice así:
¡GLORIA, GLORIA, CORONA DE LA PATRIA,
SOBERANA LUZ
QUE ES ORO EN TU PENDÓN!
¡VIDA, VIDA, FUTURO DE LA PATRIA,
QUE EN TUS ROJOS ES
ABIERTO CORAZÓN...!
Púrpura y oro: bandera inmortal
¡en tus colores juntas, carne y alma están!
Púrpura y oro: querer y lograr:
¡tú eres, bandera, el signo del humano afán!
Y la ya mencionada de José María Pemán compuesta en 1928 por encargo de D. Miguel Primo de Rivera y que como se puede apreciar, nada tiene que ver con el franquismo. (Por cierto, la dictadura de Primo de Rivera tuvo el “plácet” del PSOE y su líder Largo Caballero ostentó un alto cargo en ese gobierno). Parte de su letra dice así:
¡Viva España!
Alzad la frente
hijos del pueblo español
que vuelve a resurgir.
Gloria a la Patria
que supo seguir
sobre el azul del mar
el caminar del sol.
Ambas letras, como se puede apreciar, son ideológicamente asépticas, no son belicistas, ni confesionales y son una loa a España y a los españoles, aunque, dada la ideología de los letristas, sean condenadas por esa pandilla de pelachufas acomplejados que estarían mucho mejor si se nacionalizaran en Ubezkistán.
No quiero terminar mi parrafada sin hacer mención al himno nacional que se adoptó en tiempos de la segunda república con un fracaso total y absoluto, me refiero al conocido como Himno de Riego y que ya se había adoptado también con poco éxito durante el trienio liberal. La letra es de D. Evaristo San Miguel y su coro dice así:
Soldados, la patria
nos llama a la lid,
juremos por ella
vencer o prefiero morir.
La realidad es que, en este país, la izquierda secularmente antiespañola y el secesionismo rancio se han empeñado, no en que cambiemos el himno o pongamos una letra que contente a unos y a otros, aquí de lo que se trata es de que no haya himno, ni bandera, ni símbolos de ningún tipo que digan que España es una nación, porque lo que se pretende es romperla en pedazos y convertirla en un montón de repúblicas bananeras. Ese es el verdadero objetivo de esa pandilla de vendepatrias y felones, de ahí la tirria a todo lo que simbolice la unidad de España. Y de rebote que España tenga un himno sin letra, pero siempre podremos decir ¡Viva España!
DB
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