A un año vista de las próximas elecciones municipales y autonómicas parece un poco arriesgado opinar sobre cuál va a ser el recorrido que el partido del Sr. Rivera va a tener hasta entonces, pero no deja de ser todo un ejercicio de “politología” meterse en ese charco. No cabe la menor duda de que, a día de hoy, es el partido que más encandila al personal y que su líder y su lideresa son los que despiertan más expectativas de nuestra escena política.
Hay un cierto hartazgo por el bipartidismo que, por cierto, a pesar de Zapatero, no ha dado un mal resultado y ahora nos va más el “poli-partidismo” que, hasta ahora, está creando más incertidumbre y desgobierno que otra cosa. El pueblo soberano harto de las granujadas de unos y otros, aderezadas por el amarillismo de muchos medios de comunicación y por la irritante lentitud de nuestra inoperante administración de justicia, ha hecho suyo aquel dicho de Lord Acton de “power tends to corrupt”, es decir “el poder tiende a corromper” y parece que intenta con su voto poner en la peana a mandamases que aún estén incorruptos.
De los dos partidos que, gracias al milagro de los panes y los peces en forma de dádivas iraníes y venezolanas y de algunas empresas del Ibex 35 respectivamente, han conseguido llegar al corazoncito de muchos votantes, la chusma podemita parece que se va desinflando merced a sus ocurrencias estalinistas y a unos líderes más simples que el mecanismo de un botijo, sin embargo, las huestes de D. Albert y de la Sra. Arrimadas, y más desde las últimas elecciones catalanas, van viento en popa y todas las encuestas les dan como capaces de conseguir grandes logros.
Ciudadanos tiene la gran ventaja de no haber “tocado pelo” todavía en esto de la “cosa pública”, pues hasta ahora se ha limitado a favorecer los gobiernos de unos u otros según soplaran los aires de la opinión pública, adornándose cual toricantano con el capote de las corrupciones y, siendo más efectista que efectivo con la muleta de las necesidades de España y los españoles. También, y al no tener responsabilidades de gobierno, se ha podido permitir el lujo de lanzar soflamas, arengas y alegatos contundentes al respetable regalándoles los oídos con lo que harían o dejarían de hacer si ellos gobernaran. No hay nada como decirle al pueblo soberano lo que quieren escuchar, aunque suene a milonga.
Otro de los “triunfos” que tiene en su mano el “partido naranja”, como se autodenomina, es el resultado electoral obtenido en Cataluña por su lideresa Dña. Inés y que quieren extrapolar al resto del país. No sé hasta qué punto puede ser extrapolable el resultado catalán teniendo en cuenta las circunstancias que han rodeado esas elecciones, pero de todas formas no cabe duda que da moral y sobre todo presencia en los medios, algo imprescindible en esta España nuestra si te quieres comer una rosca en esto de la política.
Si hay algo que aún les falta a las huestes de D. Albert, es tener una mayor infraestructura especialmente en la España rural. Sólo el PP, el PSOE y algún partido nacionalista tienen actualmente la capacidad de llegar a todos y cada uno de los municipios de nuestro país o, de su comunidad autónoma en el caso de los nacionalistas. Para eso se necesita gente y medios y, aunque parece ser que lo segundo se tiene, tienen que empezar a reclutar a posibles candidatos capaces de confeccionar listas y de atraer votos cautivos por el clientelismo secular de muchas comunidades. Encontrar gente nueva que no esté contaminada por su pasado político, no es tan fácil, aunque al ser el partido de moda, y con posibilidades de aumentar considerablemente su presencia en las instituciones, anima bastante a los que están esperando como agua de mayo poder ver sus anhelos políticos cumplidos y si les cae un sueldecito aparente pues mejor que mejor. Todo el mundo sabe que los ayuntamientos, las diputaciones y los tinglados autonómicos dan para conseguir reclutar unas cuantas mesnadas de voluntarios que “desinteresadamente” por supuesto, están dispuestos a batirse el cobre por el bien común.
También pueden nutrirse de desertores de otros partidos que, viendo el poco futuro político que tienen con sus actuales siglas, estarían dispuestos a “evolucionar ideológicamente” y poner todo su leal saber y entender al servicio de tan noble causa.
Como les decía, el futuro de Ciudadanos parece ciertamente muy esperanzador y ya hay encuestas que les dan como el partido más votado de España. Todo parece indicar que al PP le ha salido un grano gordo en salva sea la parte y que D. Mariano anda bastante preocupado pues, D. Albert, ha penetrado en su espacio político y está arramblando con las voluntades de muchos votantes populares. Siempre he dicho que, si éste fuera un país serio, que no lo es, el Sr. Rajoy estaría considerado como un gran presidente, pero aquí nos suele ir más, sobre todo cuando las cosas van razonablemente bien, tener presidentes sandungueros que nos deleiten con sus ocurrencias, aunque, como ocurrió con el sonatillo Zapatero, dejen el país en barbecho.
Nos esperan tiempos apasionantes en la política patria y no me extrañaría que, nuestros prebostes y “prebostas”, como diría la insigne Irene Montero, nos deleitaran con grandes sorpresas y dejaran a los expertos analistas políticos con el rule al aire. Lo que sí es constatable es que Ciudadanos apunta alto y, si tiene puntería, puede cazar una gran pieza. ¡Miren que si acabamos teniendo un presidente del gobierno catalán!, algo no visto desde D. Juan Prim allá por los finales de los sesenta del siglo XIX. Claro que luego vino la primera república con Figueras y Pi y Margall que duró casi menos que la independencia de Cataluña. Lo dicho, esto promete y D. Albert y su partido pueden romper muchos moldes, otra cosa es que en España estemos para esos trotes.
DB
