Los Mirinda desternillan en la primera noche de preliminares

Ni la emotividad ni los guiños cómicos y reivindicativos han querido perderse la inauguración del Concurso de Murgas 2018. Una noche que muchos esperaban ansiosos ante la curiosidad de cómo sonarían las agrupaciones sin micrófonos en un López de Ayala repleto de un público que no debía gritar ni aplaudir entre las partes de la actuación. Y una espera que, sin duda, ha merecido la pena: la nueva concha acústica ha sido acogida con éxito por un público que ha sido educado con los tiempos y silencios.

Los Chalaos han sido los encargados de subir el telón de una noche corta. Solo tres murgas más subirían después de su actuación, una muestra que ha sorprendido con creces al patio de butacas. Esta agrupación ha superado el nivel vocal y musical respecto a la última edición a partir de un tipo loquito por la Sole. Guiños muy locales, como una alusión a una vecina que siempre se la encuentran en el bus urbano, y divertidos han completado una apuesta en la que ha sobresalido la emoción a flor de piel de sus pasodobles.

Tras ellos, ha llegado el turno de Los Mirinda. Como Rufino Casado, la murga de San Roque aparecía sobre el escenario con un tipo divorciado, ataviado con ropa setentera, en mitad de una polémica por volver a casa de su madre. Su popurrí les ha dado para repasar todas las anécdotas del ambiente que envuelve a la tercera edad, desde los económicos precios de las copas hasta los olvidos más cotidianos, desternillando al público en cada cuarteta. Brillante el pasodoble a Toni Salazar, regidora del concurso.

Después del descanso, Los Espantaperros subían a las tablas para presentar una novedosa puesta en escena. Con una escenografía dividida en dos y vestimentas de dos tipos han presentado a dos originales Don Pepito y Don José que, durante prácticamente toda la actuación, han cantado a dos voces como si de distintos coros se tratase. Su calidad vocal ha sido muy aplaudida.

Los encargados de cerrar la noche han sido los de Marwan. Esta murga ha aparecido sobre el escenario con un tipo de arqueólogo musulmán volviendo a demostrar, una vez más, que son una de las mejores voces del concurso. Han sido los primeros en dedicarle un cuplé integro al nuevo sistema de sonido del López de Ayala. Destaca su estribillo, delicia para los oídos, y el grito contra la violencia de género en la parte final del popurrí.