Enfrascado en la lectura de Mauricio Catani, estudioso de “esa sociedad centrada en sí misma”; de Luciano Fernández, conocedor de la prehistoria jurdana y los siglos oscuros de la antigüedad; de Felix Barroso, mantenedor de la cultura jurdana y sus tradiciones... y sobre todo, influenciado por Fernando Pulido, que aparte de conocer como pocos la geografía y la ecología de este territorio, es el promotor y gestor principal del Proyecto Mosaico, que con el Convenio entre la Administración y la Universidad de Extremadura intentan cambiar la visión y la política que sobre el desarrollo rural en zonas de sierra se ha tenido hasta ahora. De una política forestal nefasta, que solo ha traído incendios y expulsión de las gentes que habitan estas comarcas de la Sierra de Gata y Las Hurdes, se intenta pasar a otra basada en especies forestales autóctonas y en una actividad agrícola y ganadera que haga un uso racional de estos ecosistemas, dando el protagonismo a las gentes que quieren permanecer en sus pueblos y beneficiarse de unos recursos regionales, nacionales y comunitarios, que hasta ahora se han dirigido a los grandes propietarios en su mayor parte, ignorando a la dehesa y al monte (esto y no otra cosa ha sido la PAC) en detrimento de quienes más los necesitan.
Eventos como la reunión con los cabreros impulsada por UNIPROCA, o La FIESTA DEL CABRITO, dedicada a poner en valor un recurso tan exquisito como infravalorado en la propia gastronomía extremeña, nos han ido sirviendo para conocer un centenar de iniciativas y proyectos que con el apoyo de las administraciones podrían cambiar las expectativas de permanencia en sus pueblos de muchos jóvenes que resisten a emigrar.
En esta ocasión hemos ido a la fiesta de La CARVOCHÁ y la CHICHARRONA en la Alquería de Mesegal (Pinofranqueado), que nos ha servido para emocionarnos con unas tradiciones llenas de belleza y colorido, que superan con creces a otros muchos montajes festivos, y que podrían atraer a un turismo popular y culto, como testimonian el grupo de norteamericanos que estuvieron presentes en ella.
La próxima semana se celebran las Jornadas de la Miel y el Turismo, en Caminomorisco, en una zona que es la mejor productora de miel en España, con la calidad que otorga a este recurso la riqueza botánica de sus sierras. La variedad de actividades que tiene programadas invitan a darse de nuevo una vuelta por aquellos lugares de ensueño.
La simbiosis que empieza a observarse entre Administración, Universidad, Técnicos y Expertos, Empresas de Servicios y Agroalimentarias, y las gentes más dinámicas de estas comarcas, permite pensar que estamos ante una nueva etapa en la que estos entornos pueden cambiar sus destinos, modificando el propio concepto de desarrollo, en el que además de todas las actividades productivas, la cultura sea también un factor importante que esté presente en esa evolución para frenar una despoblación que no merecen comarcas tan bellas y ricas en recursos naturales como éstas. Hay que viajar a Las Hurdes y a la Sierra de Gata para ver estas nuevas tendencias de desarrollo rural y disfrutar de unos paisajes y unas gentes excepcionales, y de lo que todavía queda de su arquitectura popular, antes de que una falsa idea de progreso se la lleve.