El pasado día 17 el Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura acordó sacar a concurso la actualización del proyecto de ejecución del nuevo hospital Don Benito-Villanueva por importe de 1.150.000 euros, con la intención de iniciar las obras antes de que finalice la actual legislatura, pero sin fijar plazo alguno y presupuesto para las distintas fases en que se construirá el nuevo centro sanitario. Ya en 2007 la Consejera de Sanidad Dña. Mª Jesús Mejuto aseguró al alcalde de Villanueva de la Serena que las obras comenzarían en aquella legislatura 2007-2011.
Conviene tener presente que el proyecto de ejecución inicial ya supuso una inversión de 1.074.199,00 euros y el estudio geotécnico, 34.800 euros. Resulta por ello difícil de comprender que la adaptación del proyecto original que ahora se va a llevar a cabo, importe más que su elaboración; aún cuando en estos años los honorarios profesionales han venido a la baja. A estas cantidades hay que sumar los importes en concepto de expropiaciones de las 30 fincas elegidas (23 fincas rústicas y 8 urbanas) que conforman la parcela, en su momento calculados en 2.000.000 de euros. Todos los propietarios presentaron entonces su oposición a la valoración realizada por la Consejería de Sanidad. Es así, que, antes de poner la primera piedra del nuevo hospital, ya habremos enterrado en el suelo elegido unos 5.000.000,00 de euros.
El actual presupuesto de Extremadura contempló, a propuesta del PP, una partida de 500.000 euros para este nuevo hospital; si ahora se prorrogan los presupuestos para el ejercicio 2018, las cuentas no dan.
La parcela elegida a conformar tiene una extensión de 116.000 m2 y el plan funcional ya contempla 64.000 m2 de superficie a edificar; quedarían para viales, aparcamientos, alguna otra edificación, jardines, …, 52.000 m2. ¿Serán suficientes ante la gran afluencia de vehículos? El hospital se construiría en una encrucijada de carreteras, lugar poco saludable debido a la contaminación acústica y atmosférica, derivadas del elevado tránsito de vehículos y su elección no ha sido justificada ni desde el punto de vista sanitario, ni económico, ni social. La razón de peso de tal decisión se ampara en que es un lugar bien comunicado, por estar próximo a un vial de la autovía A2. Autovía por la que únicamente accederían los habitantes de Conquista del Guadiana, Hernán Cortés, Santa Amalia, Ruecas, Valdehornillos y Vivares.
En contraposición, la parcela gratuita de 170.500 m2 a la que se renuncia, cedida por el Ayuntamiento de Don Benito, junto al actual hospital, queda alejada del mundanal ruido y está exenta de contaminación atmosférica. La ubicación del centro en este lugar propiciaría una optimización de recursos, y su mayor extensión facilitaría el albergue de otras infraestructuras, espacios dedicados a jardín y suficientes aparcamientos, a la vez contaría con un acceso inmejorable desde la EX-346 para las personas que residen en las poblaciones de la Serena Centro, Este y Sur, así como de otras localidades de la Siberia y las Vegas Altas, más de 30 poblaciones.
Pero, el problema que nos acucia en el presente y futuro próximo es el del estado de precariedad en que se encuentra el actual Hospital Comarcal Don Benito-Villanueva, con unas plantas III y IV en las que sus habitaciones, en estado primitivo, acogen tres enfermos, muchos de los cuales ingresan con unas patologías y adquieren otras. En determinadas épocas del año los enfermos permanecen en el Servicio de Urgencias o en la UCI más tiempo del debido, en espera de una cama en planta. Incide también en el hacinamiento de enfermos hospitalizados el hecho de que el hospital Siberia-Serena Este, ante la carencia de recursos humanos y materiales, no contribuye al fin para el cual fue construido, descongestionar este Hospital Comarcal Don Benito-Villanueva.
La solución a corto y medio plazo debiera de pasar por una ampliación de este Hospital Comarcal, que cuenta con plantas de especialidades dignas, al igual que UCI, 7 quirófanos nuevos, el correspondiente helipuerto y una gran zona de estacionamiento para vehículos.
Es preocupante también la falta de solución a listas de espera, no hay derecho a que un niño sea atendido en consulta de especialista por un problema de visión a los 13 meses de pedir la cita.
Y, se hace necesario reivindicar el principio de igualdad de oportunidades para con quienes residimos en este área de salud, la de mayor extensión de Extremadura; ya que, por citar un ejemplo reciente de discriminación, el actual Hospital Comarcal no ha sido incluido en la dotación de cuatro máquinas de radioterapia “última generación”, que irán destinadas a los centros de Badajoz, Cáceres, Mérida y Plasencia; o el hecho de que pese a las elevadas distancias al hospital aún no se cuente con una residencia para familiares de enfermos hospitalizados o concierto con establecimientos hoteleros, como ya existen en otras áreas de salud.
Celebro que se hable de centralizar la Atención Especializada y la construcción de una residencia para familiares, actuaciones que contemplé en el documento titulado “Hacia Una Ciudad Sanitaria de Área”; junto a otras, como la integración en esta área de salud de las poblaciones de Miajadas y sus proximidades, cuestión de racionalidad y sentido común. Documento que hice llegar hace años al actual presidente extremeño y al consejero de Sanidad.
Para nuestro presidente extremeño, “es necesario que se tomen decisiones que se entiendan y que sean valientes”, pensando “no en las próximas elecciones, sino en las próximas generaciones”. No es descabellado pensar que una respuesta a esta reflexión del presidente, exige la apuesta por una política que emane del conocimiento, del análisis, de la reflexión, de la comprensión, de la transparencia, del honor y del valor; orientada desde una verdadera participación ciudadana, amparada en el desarrollo y manifestación del espíritu crítico de las personas.
