La moción de Podemos y III

La opereta bufa montada por Podemos en el Congreso ha llegado a su fin. Hoy se dedicaba la sesión, además de a la votación, a la intervención del resto de grupos parlamentarios que, en su mayoría, han criticado el discurso podemita y la utilización de la moción de censura para conseguir publicidad electoral gratuita.

Albert, ha salido al ruedo parlamentario como un vitorino cabreado y se ha dedicado a buscarle las zapatillas a Madurito que a punto ha estado de salir por los aires. Ha sido un cuerpo a cuerpo en toda regla. Se han recriminado todo lo recriminable y, se han echado la culpa mutuamente de que gobierne el PP. Madurito se las ha querido dar de leído y, como habla de oídas, ha metido la pata atribuyéndole al constitucionalista y marxista Solé Tura ideas nacionalistas que nunca tuvo, más bien lo contrario. El Niño del Sabadell –como le llama el diablo cojuelo- le ha lanzado dos andanadas aludiendo al interés de Podemos por cargarse al PSOE y, a la falta de modelo de nación de su interlocutor llegándole incluso a llamarle “tonto útil del secesionismo catalán”.

A mi paisano, el portavoz en funciones del PSOE, Sr. Ábalos, le ha venido su estreno un poco grande, muy dubitativo, monotónico y con pocos recursos dialécticos - no creo que ostente este cargo mucho tiempo-. En su intervención ha recriminado a los podemitas el haber presentado la moción sin buscar apoyos y les ha acusado de que con estas propuestas parlamentarias se fortalece al gobierno en lugar de debilitarlo. Madurito ha estado muy cariñoso con el nuevo portavoz socialista y le ha tendido la mano para futuras colaboraciones. Al final han acabado tan amigos y a partir un piñón.

Naturalmente toda la ralea secesionista y filoetarra se ha dedicado a halagar la prosapia de Madurito y la enjundia de su discurso. Pero no quiero acabar esta parrafada sin hacer mención a la intervención de la Sra. Oramas, diputada de Coalición Canaria que ha estado ciertamente certera y ha sacado de quicio al “caudillo podemita” al acusarle de ser un arrogante, un machista y de rodearse sólo de mujeres sumisas.

Poco más de sí ha dado esta opereta bufa indigna de un estado de derecho. Podemos sólo sirve, y muy poquito, para ser un partido extraparlamentario, y sus prebostes están para comenzar de nuevo el bachillerato, pero no el actual, el del plan del 57. A lo mejor así aprenden, entre otras cosas, los límites de España y se enteran que al Este limita con el Mar Mediterráneo y no con ninguna república bananera. Y es que de dónde no hay no se puede sacar.