Mi buen y querido amigo Fernando Valbuena, ¡a ver si nos vemos!, me ha mandado el enlace a su artículo en el Extremadura en el que comenta la sentencia del caso Feval.
Me ha gustado su comparación de la máquina expendedora de tabacos ilegal que tenían allí y el trincar los dineros del cepillo.
Al igual que él esperamemos a instancias superiores.
Cita la célebre fase de Concepción Arenal: Odia el delito y compadece al delincuente. Y bueno, vale, compadeceremos al delincuente y procuraremos su reinserción pero tras cumplir con su castigo y la devolución de los dineros.
Me toca el tema, me toca porque yo también he sido culpable de que ocurriesen esas cosas.
Y soy culpable por haber trabajado en favor de mi Partido y en favor de mis dirigentes y la lógica del planteamiento, aunque simplista, es aplastante.
Nunca defendí las acusaciones que se hacían... bueno, algunas sí, pero por absurdas, ya sabemos que cuando el río suena porque lleva agua, los bulos, aún sin fundamento e ilógicos, ruedan sin rumbo ni control.
Como bien dice Valbuena, la Sentencia es contundente pero yo hubiese pedio un poco más, por aquello de la ejemplaridad.
Desde mi humilde posición de militante de base sin cargo ni reponsabilidades orgánicas de ningún tipo pido disculpas en nombre de mi Partido. Disculpas a los que nos votaron y a los que no, que en estos temas somos todos iguales, los dineros son de todos.
Hay un pequeño problema en este tipo de delitos y es que lógicamente son delitos individuales, personales pero no sería malo buscar la fórmula para “amonestar” de alguna manera al político que “de pensamiento, palabra, acción u omición” permitió que ocurriesen esas cosas.
Que el problema viene por estar muchos años en el poder. No creo, el problema surge cuando son las mismas personas las que siempre están detentando el poder.
Si hubiese una renovación habitual incluso diría contradictoria en el sentido de los grupos o familias políticas distintos y contrarios, de los cargos, sería mucho más dificil que se produjeran estos hechos.
Esperemos que cuando las instancias superiores confirmen las sentencias, los Políticos que en su día hicieron esos nombramientos entonen el “mea culpa” y se disculpen, pero también sería de recibo si las instancias superiores dictaminasen lo contrario que el perdón lo pidiesen los acusadores.
Por cierto ni esto, ni las distintas sentencias contrarias a los intereses del PSOE que han sido o que serán, como casi con seguridad ocurrirá en Andalucía, son una Causa General contra el PSOE. Son y serán una Causa General contra el sin número de chorizos que contra los interesos de todos y buscando sólo su interés personal, nos roban lo que es de todos y en ese todo estoy yo y estás tu, lector, y creo no equivocarme si digo que ni a ti ni a mi, nos gusta que nos roben.
