El pasado día uno se hizo pública en el DOE una Resolución de la Consejería de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio, mediante la cual se dispone la ejecución de la sentencia nº 95/2016, que obliga a la Junta de Extremadura a construir el nuevo hospital Don Benito-Villanueva en los terrenos iniciales, contemplados en el Decreto 41/2009. La sentencia fue dictada por la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura en el recurso contencioso-administrativo n.º 152/2014, promovido a instancia del Excmo. Ayuntamiento de Villanueva de la Serena, siendo una parte demandada la Junta de Extremadura.
No deja de ser significativo que sea la justicia quien decide la ubicación de un centro sanitario, y llama la atención que la sentencia no fuese recurrida por parte alguna.
Hay ubicación definitiva para el nuevo hospital, que no suelo (11,6 has.), ya que desconocemos que se haya llevado a cabo el proceso de expropiación de las 30 fincas privadas (22 rústicas y 8 urbanas); pero eso sí, el gobierno extremeño ha renunciado a una parcela gratuita de más de 17 has., más ecológica (sin contaminación medioambiental y acústica), de paisaje más vistoso y tranquilo, casi junto al actual hospital, y de acceso más favorable para los aproximadamente 100.000 habitantes de la Serena Este y Sur, a través de la EX 346, de un total de 150.000 residentes en esta área sanitaria.
La decisión de ubicar el nuevo hospital en estos terrenos junto al acceso a la autovía, fue adoptada por el gobierno extremeño en 2006, del cual formaba parte en su condición de consejero de Sanidad el actual presidente. Desconocemos si aquel gobierno extremeño fue asesorado por expertos, organizaciones y asociaciones profesionales, etc.; pero, desde luego los criterios para elegir la ubicación no atendieron a razones sociosanitarias o económicas, y sí de otra índole. ¿Cuál fue la verdadera razón? La empresa adjudicataria del proyecto Junquera Arquitectos S.L., anuncia en su web que el complejo hospitalario se proyectaría sobre una superficie de 60.000 m2; quedarían 56.000 m2 para viales, helipuerto y el resto, insuficiente, para los numerosos estacionamientos que a diario se precisan. La posibilidad de complementarse el nuevo con el actual hospital desaparece y en dicha superficie no se podrán integrar junto a la atención hospitalaria los servicios de la atención especializada, hoy distribuidos entre hospital y centros de Don Benito y Villanueva. Hecho que propiciaría la optimización de recursos. Dicho de otra forma: adiós “ciudad sanitaria” y a por el tercer error de infraestructuras en la zona (Vean Polígono Industrial Montepozuelo y Palacio de Congresos en Villanueva de la Serena), como ya di a conocer en 2007 y 2015 al actual y entonces también presidente extremeño.
En este 2006 se anunció el concurso para la contratación de “Redacción de Proyectos y Estudio de Seguridad y Salud”, que se adjudica a la UTE Elías Fernando Cruz Alonso, Carlos Petrement Briones, José Manuel Vaquerizo y Junquera Arquitectos, S.L. por importe de 1.074.199 euros (DOE 15-03-2007). Posteriormente, se adjudica a la empresa Paymacotas, S.A.U. el “estudio Geotécnico para la Construcción del Hospital Don Benito-Villanueva por 34.800,00 euros (DOE 15-11-2007). En estas fechas la consejera de Sanidad Dña. Mª José Mejuto en visita a Villanueva de la Serena aseguró al alcalde que las obras del nuevo hospital comenzarían a lo largo de aquella legislatura 2007-2011; sin embargo, al parecer las expropiaciones del suelo no se habían llevado a cabo (Fran Horrillo, Diario Hoy de 16-11-06).
Nada más se supo, hasta que la Junta de Extremadura promulga el Decreto 41/2009 por el cual se aprueba el Proyecto de Interés Regional (PIR) en el terreno elegido, decreto que luego anuló con otro en 2013 el gobierno presidido por el Sr. Monago, para propiciar la construcción del centro en la parcela cedida gratuitamente por el Ayuntamiento de Don Benito. Acto recurrido en la vía de lo contencioso por el Ayuntamiento de Villanueva en 2014. Ya en 2015 el gobierno del Sr. Monago presenta en la Casa de Cultura de Don Benito una maqueta que, bajo el concepto de “diseño gráfico presentación nuevo hospital Don Benito-Villanueva”, cuya cuantía asciende a 6.969,48 euros.
Promulgada la sentencia nº 95/2016, el Sr. Consejero de Sanidad y Políticas Sociales nos informa de que la Junta ha presupuestado 1 millón de euros para adaptar el proyecto a las nuevas condiciones técnicas de edificación y que el presupuesto de 2016 contemplará una cantidad plurianual de 120 millones de euros para la edificación del nuevo centro sanitario, todo con el objetivo de poder licitar la obra en 2017.
Pero la realidad es otra, en 2016 se presupuestaron 200.000 euros, cuyo destino desconocemos. Sí es público que una partida de algo más de 3,5 millones de euros presupuestada para concluir la 1ª fase del Hospital de Cáceres, se destinó a pagar productos farmacéuticos. En 2017 hay presupuestado para el nuevo hospital Don Benito-Villanueva 500.000 euros.
¿Con qué partida presupuestaria se va a pagar el millón de euros citado y las expropiaciones necesarias? Todo lo cual exige de una gestión transparente en este largo camino por recorrer.
Han pasado prácticamente 11 años. Sabemos que la construcción de este centro es necesaria y urgente, basta darse una vuelta por el actual Hospital Comarcal para comprobar que está saturado, que casi todo el año muchas habitaciones están ocupadas con tres enfermos, que hay pacientes que en determinados momentos tienen que permanecer en la UCI y Servicio de Urgencias, porque no hay camas en planta, que el hospital Siberia Extremeña de Talarrubias carece de los recursos humanos y materiales necesarios para poder descongestionar al Comarcal, en el cual se han hecho inversiones en 7 quirófanos nuevos y reforma de la UCI.
Repensar Extremadura, política de personas… ¿dónde queda el debate político, técnico y social? En fin, responsables de esta situación por acción u omisión, dejen de culparse unos a los otros, porque la triste realidad es que no hay un euro; así que, por favor, tengan en consideración que los extremeños y extremeñas somos pacientes, prudentes, pero no ignorantes.
