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Roma inspiración de Bvlgari

21 de Diciembre | 12:47
Roma inspiración de Bvlgari
El Museo Thyssen-Bornemisza presenta Bulgari y Roma, una exposición sobre cómo la arquitectura y el arte de la Roma antigua y moderna han servido de inspiración a los diseñadores de la firma italiana de joyería a lo largo de su historia, que se podrá ver hasta el 26 de febrero de 2017.

La muestra reúne más de 149 piezas de joyería de la Colección Heritage de Bulgari -entre las que se encuentran piezas que pertenecieron a Elizabeth Taylor y a Anna Magnani- y de algunas colecciones particulares, como la de la Baronesa Thyssen, junto a treinta y ocho pinturas, dibujos, esculturas y fotografías de diversos artistas europeos que han inmortalizado la ciudad de Roma en su obra, como Canaletto, Gaspar van Wittel, Ippolito Caffi o Arthur John Strutt. 


Estas obras proceden en su mayoría del Museo de Roma (Palazzo Braschi), pero también de la Galería Borghese, de los Museos Capitolinos y de las colecciones del Banco Intesa San Paolo y del Círculo de la Caza.  Todo ello bajo la batuta como comisaria, Lucia Boscaini, directora del Departamento de Legado Histórico de Bulgari y la inestimable coordinación de Laura Andrada, responsable del Área de Conservación del Museo Thyssen-Bornemisza.


La influencia de Roma en la leyenda de Bulgari comienza cuando Sotirio Bulgari llegó a la ciudad eterna en busca de fortuna, jamás se habría imaginado que fundaría una empresa de alcance internacional. En aquella época, Roma ofrecía innumerables oportunidades de negocio y culturales.
 
 
Sotirio Bulgari

En 1884, inauguró su primera tienda en el número 85 de la Via Sistina. En 1894, abrió otra tienda en el número 28 de la Via Condotti, cuyo letrero rezaba: «S. Bulgari – Argenteria Artistica, Antiquités, Curiosités, Bijoux». En ella vendía una amplia variedad de artículos, desde joyas hasta accesorios de plata, antigüedades y baratijas. A medida que triunfaba el negocio, fue adquiriendo locales de mayores dimensiones y prestigio, como el del número 10 de la Via Condotti, en la planta baja del Palazzo Lepri, del siglo XVII.
 
En 1905 se inauguró esta célebre tienda, que aún en la actualidad sigue siendo la referencia de todos los locales de Bulgari en el mundo. El letrero original rezaba «Old Curiosity Shop», para atraer la atención de los turistas británicos y estadounidenses acaudalados que visitaban Roma. Bajo los auspicios de Giorgio Bulgari, el catálogo fue ampliándose para incluir una selección de joyas y accesorios que interpretaban con destreza las tendencias de la moda de la época, influidas sobre todo por el art déco y el diseño francés.

Pero es en 1934, con la primera gran reforma de la tienda tras la muerte de Sotirio, el letrero se cambió por «BVLGARI», en mayúsculas y con la tipografía de las inscripciones de la antigua Roma. En el interior del establecimiento, el generoso uso del mármol y de las columnas decorativas recordaba claramente el legado cultural romano y griego de la firma. En la década de los treinta, Bulgari ya contaba con una importante clientela de aristócratas italianos, diplomáticos y magnates estadounidenses que habían descubierto Roma y el tesoro de la Via Condotti. Familias nobles italianas de prestigio, como los Colonna y los Torlonia, adquirían creaciones de Bulgari como preciada herencia para futuras generaciones.

LOS ICONOS DE BVLGARI

LAS MONEDAS


Según la tradición, fue Creso, rey de Lidia, quien acuñó la primera moneda en el siglo VII a. C. Hasta el siglo III a. C., los diseños decorativos reproducían deidades locales junto con la abreviatura del nombre de la ciudad-estado en la que se había acuñado la moneda. Durante el reinado de Alejandro Magno (336-323 a. C.), las monedas estaban decoradas con el retrato del mandatario, lo que las convertía en una importante herramienta de propaganda.


A partir de finales del siglo I d. C., las monedas de oro imperiales comenzaron a engastarse en joyas para convertirse en la pieza central de anillos, broches y collares,
 
  Anillo de oro con moneda del Imperio Romano de oro y diamantes, 1983. Colección Heritage de Bulgari, Roma
 que portaban emperadores y sus seguidores como señal de poder y prestigio. Esta práctica fue habitual hasta el siglo VII d. C. y resurgió en la segunda mitad del siglo XIX, alentada por los numerosos descubrimientos arqueológicos de la época.


Bolso de noche Melone de oro con monedas antiguas, hacia 1978.
Colección privada de Carlo Eleuteri.
 
Como consecuencia de esta tendencia, en los años treinta y cuarenta del siglo XX, Bulgari engastó monedas antiguas en objetos preciosos como pitilleras y polveras.

Polvera de plata con moneda de oro de Baviera (1410-1436), 1940.
Colección Heritage de Bulgari, Roma.



 Bajo los auspicios de Nicola Bulgari, apasionado coleccionista de monedas, a mediados de los sesenta la firma comenzó a engastarlas también en sus joyas, rodeándolas de un marco moderno y depurado. Se trató de una auténtica constatación de los orígenes griegos de la firma, combinados con el estilo de Roma, y la confirmación de la importancia concedida a la cultura. 
 Gargantilla Tubogas de oro en dos colores con monedas del Imperio Romano de bronce y diamantes, hacia 1972. Colección privada, Bolonia
 

Bulgari comenzó a emplear monedas cada vez más diversas, con ejemplares de bronce, plata, oro y electro de las antiguas culturas del Mediterráneo, Europa, norte de África y América, de un periodo que abarcaba del siglo v a. C. al siglo XX.
 
El criterio para seleccionar las monedas era siempre su belleza intrínseca. Las preferidas eran aquellas con el busto, sobre todo de perfil, de la diosa Roma con armadura, Alejandro Magno, Medusa, Atenea, Aretusa y los césares. Solían emplazarse en el centro de engastes simples o dobles de oro y se empleaban en una amplia variedad de joyas, desde anillos y collares hasta pendientes y pulseras.  
    Brazalete Tubogas de oro en dos colores con monedas de bronce de la Roma Imperial, 1975.Colección Heritage de Bulgari, Roma.

El denominador común de las joyas adornadas con monedas era el juego de contrastes: entre el acabado mate y desgastado de la moneda antigua y el brillo pulido y suave del engaste; entre el color del metal de la moneda (bronce, plata, electro u oro) y el del engaste de oro o acero; y, por último, entre lo antiguo y lo moderno.

Gargantilla Tubogas de oro en dos colores con monedas griegas de plata y diamantes, 1974.
Colección privada


PIEDRAS TALLADAS. LAS ESCULTURAS

La tradición de las piedras talladas se remonta a Mesopotamia, antes de que se extendiese durante el periodo helenístico por toda Grecia y, más adelante, por Roma. Las primeras tallas representaban animales, mientras que a partir del siglo VI a. C. comenzaron a ponerse de moda las figuras humanas y de dioses.

Las gemas que más se empleaban eran, entre otras, el ónice, el sardonio, el granate, la amatista, el cuarzo y la cornalina (un cuarzo anaranjado). Los comerciantes más poderosos del Imperio Romano lucían anillos de piedra tallada para firmar sus documentos estampándolos en un sello de cera caliente.



Brazalete de oro con cornalina tallada y diamantes, 1980. Colección Heritage de Bulgari, Roma. Broche de oro con camafeo de ágata, rubíes y diamantes, hacia 1980. Colección Heritage de Bulgari, Roma
 
En la Edad Media, se empleaban las piedras talladas para decorar obras votivas y cubiertas de libros, mientras que el Renacimiento fue testigo de un resurgimiento progresivo que alcanzó su momento culminante en el siglo XVI, con una producción en masa de tallas y camafeos de corte clásico.

 
LAS SERPIENTES

La fertilidad, la curación y el renacer: desde la Antigüedad, la serpiente ha estado asociada con distintos significados de lo más fascinantes. En Grecia y Roma, la serpiente estaba vinculada al mito de Hércules.

Reloj-joya Serpenti de oro con esmalte de color rojo, esmeraldas y diamantes, hacia 1965.
Colección privada.

También era el animal preferido de Escolapio, el dios de la medicina; además, en su representación como uróboros, la serpiente que se muerde la cola, es un símbolo de energía universal que no deja de consumirse y renovarse constantemente.
 
Bulgari fue uno de los joyeros del siglo XX que retomó el diseño milenario de la serpiente y lo convirtió por primera vez en un reloj.


Reloj-joya Serpenti de oro con esmalte blanco, esmeraldas y diamantes, 1975, 55 x 1,5 cm. 
Colección Heritage de Bulgari.

Los primeros ejemplos datan de finales de los años cuarenta, con una forma de serpiente muy estilizada y una esfera rectangular o cuadrada que se situaba en uno de los extremos, como si fuera la cabeza del reptil; los anillos se confeccionaban con la técnica de tubogas o con una malla dorada que envolvía la muñeca. Posteriormente, este reloj se fabricó en versiones cada vez más diversas e interesantes, con todas las formas posibles de esfera y en innumerables variaciones de tubogas, como acero, acero carbonizado y acero y oro combinados.

Reloj-joya Serpenti de oro con rubíes y diamantes, hacia 1960.
Colección privada.

El mecanismo de los relojes era siempre de la máxima calidad: Audemars Piguet, Jaeger LeCoultre, Movado, y Vacheron Constantin solían personalizar los mecanismos para Bulgari, de modo que el logotipo del fabricante figuraba junto al de Bulgari en la esfera.

Reloj joya de oro, con esmalte rojo, esmeraldas y diamantes, de 1965
(el reloj se aloja en la cabeza del reptil)

En la década de los sesenta aparecieron los primeros modelos con una interpretación más realista de la serpiente, inicialmente solo en oro amarillo, con la cabeza y la cola incrustadas de diamantes. Con el paso de los años, el diseño fue transfiriéndose a collares, bolsos-joya Melone y cinturones.


Bolso de noche Serpenti de oro con diamantes, 1978. 
Colección Heritage de Bulgari, Roma

LOS RELOJES

El reloj BVLGARI se puso a la venta a raíz del gran éxito de un reloj digital de edición limitada con la inscripción «BVLGARI ROMA» grabada en el bisel, que se entregó únicamente a los cien mejores clientes de la marca como regalo de Navidad en 1975. En cuanto se supo de su existencia, la firma recibió innumerables solicitudes para que recrease el reloj digital BVLGARI ROMA. Sin embargo, en su lugar puso a la venta otro reloj de oro amarillo de edición limitada, disponible exclusivamente en la tienda de Roma.

 
  Bvlgari Roma digital
 
En 1977, la pasión de los clientes por este modelo dio origen al reloj BVLGARI , uno de los diseños más emblemáticos de la historia de la relojería. El logotipo BVLGARI grabado se integró como importante elemento del diseño por primera vez en un reloj de lujo, rasgo que le otorgó su fama.


La inspiración procedía de antiguas monedas romanas, en las que la efigie del emperador estaba rodeada de inscripciones que ensalzaban su poder y su prestigio. También era destacable el volumen sin precedentes de la caja cilíndrica del BVLGARI, inspirada una vez más en las imponentes columnas de los templos romanos: un detalle en apariencia sencillo que, en realidad, fue resultado de un estudio arquitectónico muy meticuloso. En consonancia con el gusto de Bulgari por la experimentación, el reloj BVLGARI se presentó más adelante en una mayor variedad de versiones y tamaños. Se diseñó en oro blanco y amarillo de 18 quilates, en platino y en acero, con esfera de piedra o de diamantes, y con pulsera de oro o de acero. Algunos modelos incluían función de cronógrafo, mientras que otros contaban con una amplia variedad de pulseras de tubogas.  

LA MUJER MODERNA
 
En la década de los ochenta, Bulgari se percató de que había llegado el momento de que la joyería se adaptase al estilo de vida dinámico de la mujer moderna trabajadora y perteneciente al mundo empresarial, que adquiría joyas para sí misma con el fin de lucirlas desde por la mañana hasta por la noche, en una reunión o en un cóctel.

Collar Parentesi de oro con hematites y diamantes, 1985.
Colección Heritage

La solución fue la joyería modular, inspirada en los adoquines entrelazados de las calles de Roma. El concepto de modularidad era tan sorprendente como sencillo: cada elemento individual —con un diseño y una fabricación de la máxima calidad— se producía en serie, se acababa a mano y se unía a otro de los elementos. Este método alterna el oro de los módulos con elementos de conexión de acero, hematites, coral, nácar o piedras semipreciosas, y se ha convertido en una de las colecciones icónicas de Bulgari, con una versatilidad sin fin.

PLASMADO EN PAPEL

Merece la pena mencionar el libro conmemorativo de esta exposición editado por LUCIA BOSCAINI, conservadora del departamento del Legado histórico de Bulgari.

Guy Bourdin. Vogue Paris, 1961

Este maravilloso y precioso libro de 264 páginas en papel cartoné muestra la historia, proceso y carácter de este prestigioso joyero italiano de origen griego, a través de ilustraciones fotográficas espectaculares de las joyas expuestas e ilustraciones de los lugares más emblemáticos de la ciudad eterna que no debe faltar en ninguna biblioteca que se precie en joyería.



Una selección de imágenes plasmadas en el libro que reflejan la influencia arquitectónica de Roma, donde se fundó hace 132 años, produjo en los joyeros artesanos de Bulgari, quienes con su magia del color y una locura creativa extraordinaria, hicieron autenticas obras de arte con diamantes y piedras preciosas.

El libro que acompaña a la muestra, repasa la evolución del estilo de la marca, pero también es un paseo por los lugares más emblemáticos y los monumentos de la Ciudad Eterna que han inspirado los diseños de la firma. Bulgari, cuya tienda principal tiene la Plaza de España, lugar de ubicación de nuestra bella Embajada como telón de fondo, debe su visibilidad a una ciudad que es destino turístico indispensable desde el siglo XVII.

La selección de joyas, que abarca desde los accesorios de plata elaborados por el fundador de la firma, Sotirio Bulgari, hasta la fecha, incluye iconos de Bulgari, como las colecciones Serpenti, Monete, Parentesi y Bulgari Bulgari, piezas que pertenecieron a la actriz Elizabeth Taylor y espectaculares joyas cedidas para la ocasión por la baronesa Carmen Thyssen-Bornemisza. Las fotografías son constantes: de rostros de famosas y famosos asociados Bvlgari, como la mencionada Elizabeth Taylor, Ingrid Bergman, Claudia Cardinale, Gina Lollobrigida, Sofia Loren, Monica Vitti o Elton John.

Esta mirada al mundo de Bulgari y la ciudad eterna se ilustra con pinturas de los siglos XVII al XX nos trasladan a Roma y se han traducido al lenguaje único de las joyas de Bulgari. Las míticas e inconfundibles cúpulas quedan reflejadas en la talla cabujón de las piedras, los suntuosos volúmenes de collares y pulseras recuerdan al majestuoso Coliseo, la espléndida escalinata de la Plaza de España se traslada a complejos diseños de joyería, el interior de la cúpula del Panteón se hace eco en cautivadoras geometrías doradas y los adoquines de la Via Appia se transforman en rubíes, amatistas y aguamarinas.

   
Así, Bulgari y Roma muestra cómo la firma ha captado el alma de la ciudad, en la que conviven como en ninguna otra el pasado glorioso con la modernidad vanguardista y el cálido lujo mediterráneo con la exuberancia barroca. Es precisamente esa visión de Roma desde tan distintas perspectivas en donde radica el secreto de la inagotable creatividad de Bulgari.

A través de estas 264 páginas ilustradas con sus joyas y con los referentes pictóricos y culturales de esta ciudad, sede de la primera tienda Bulgari y un referente en toda su obra. El libro muestra cómo la firma ha captado el alma de la ciudad, en la que conviven como en ninguna otra el pasado glorioso con la modernidad vanguardista y el cálido lujo mediterráneo con la exuberancia barroca. Es precisamente esa visión de Roma desde tan distintas perspectivas en donde radica el secreto de la inagotable creatividad de los joyeros artesanos de esta inconfundible marca llamada actualmente BVULGARI.

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