Cuando nos ponemos a estudiar el organigrama de una empresa, cualquiera de ellas y en cualquier tipo de sector vemos que en todas ellas el puesto que menos se cuida es el de comercial.
Parece ser una tónica generalizada, y en los portales de empleo se ve también que las empresa que demandan “comerciales” ni buscan experiencia ni formación superior, parece que estamos ante un puesto denostado, un puesto que es de paso, un puesto por el que aquel que tenga una licenciatura o master nunca se interesaría y las empresas parecen aceptarlo tal cual.
Pero, ¿todas las empresas piensan así?, afortunadamente no, las empresas que quieren crecer, que quieren afianzarse, encontrar nuevas líneas de negocio, nichos de mercado o nuevos clientes entienden que el verdadero departamento de producción de su empresa son los comerciales.
El comercial clásico es aquel que vendía los productos terminados que la empresa le decía que tenia que vender, la formación que se les daba no iba mas allá de técnicas de venta que básicamente se centraban en engatusar o engañar al cliente final para venderles el seguro, el móvil o la crema reductora.
El comercial necesario para las empresas, el nuevo comercial es la imagen de la Compañía, alguien con capacidad proactiva, capaz de mejorar el producto, capaz de abrir nuevos caminos y encontrar nuevos clientes, siendo este trabajador parte indiscutible de la empresa. Una mezcla de marketing y dirección como primera lanza
Hay muchas empresas iguales, es decir, muchas empresas que se dedican a lo mismo y el hecho diferenciador que tienen, lo que hace que algunas despunten por encima del resto es su equipo comercial.
Partamos de un hecho igual para dos empresas competidoras, dos bodegas que producen un vino excelente, ¿quién ganará?, sin duda aquella que sepa colocar su producto en los mejores escaparates, en las tiendas mas sofisticadas y en las ciudades con una mayor cartera de clientes y con mayor poder adquisitivo para poder comprar una botella que aparte de contener un buen caldo tendrá un diseño cuidado que también habrá que saber vender. Y quien se encargará de tan apasionante labor? Sin duda un comercial, que no solo sepa vender, sino que además debe saber de mercados, deberá conocer cómo se produce el vino y por qué se produce un vino así en su bodega.
Esto lo saben las empresas que están despuntando y creciendo pese a la adversidad económica porque se han dado cuenta que el verdadero equipo de producción es el comercial, persona con don de gentes, pero ahora sí con formación y aptitudes que antes no se tenían en cuenta porque sobraban clientes, y ahora que el cliente escasea y se ha convertido en un bien escaso con capacidad crítica para decidir lo que le interesa, es necesario más que nunca un comercial bien formado, proactivo y bien encajado dentro de la empresa.