Muy señor mío:
Es usted un pájaro de mucho cuidado, políticamente hablando claro -nunca mis críticas irán a lo personal-. Si anidara usted en Plasencia, la ciudad donde vivo, sería una especie de “guarrilla” negra zaina, con pico pronunciado y carroñera, al menos es como yo me lo imagino.
Cada vez que usted abre el pico, “sube el pan”, es decir, nos crea a muchísimos españoles un desasosiego propio de épocas pasadas que algunos creíamos ya superado.
Usted D. Pablo, ha tenido una vida cómoda como se desprende de las biografías que sobre su persona aparecen en algunos medios, es profesor universitario por arte y parte del nepotismo que existe en nuestra universidad pública y no se le conocen aprietos económicos. Sin embargo, su acción política se dirige, no a mejorar la vida de los que peor están, sino a que la empeoren los que a costa de mucho trabajo y sacrificio han conseguido vivir dignamente.
Pero hay algo que me preocupa, sobre todo, de su mensaje político, y es que usted siembra la discordia, el odio y la cizaña cada vez que sermonea. Usted tiene un discurso guerra-civilista y revanchista y le va la violencia y el enfrentamiento (es un “Rufián” cualquiera). Estoy seguro D. Pablo que usted firmaría lo que dijo su tocayo el 5 de mayo de 1910 en el Congreso de Los Diputados: “ Este partido está en la legalidad mientras la legalidad le permita adquirir lo que necesita; fuera de la legalidad cuando ella no le permita realizar sus aspiraciones", y también aquello que también dijo su tocayo: "Queremos la muerte de la Iglesia, cooperadora de la explotación de la burguesía; para ello educamos a los hombres, y así le quitamos conciencias. Pretendemos confiscarle los bienes. No combatimos a los frailes para ensalzar a los curas. Nada de medias tintas. Queremos que desaparezcan los unos y los otros". Dicho en el VI Congreso del PSOE en Gijón y recogido por Luis Gómez Llorente en su libro Aproximación a la historia del socialismo español (hasta 1921), Cuadernos para el Dialogo, Madrid, 1972, página 169.
- Pablo usted pone en el mismo plano a las víctimas y a los verdugos, mejor dicho, usted enaltece a los verdugos frente a las víctimas (verbigracia Otegi). Usted y sus correligionarios son un cáncer para España, se aprovechan de los más desfavorecidos para, en un acto de extremo narcisismo, creerse unos mesías de tres al cuarto mientras viven opíparamente (algunos en VPO sin derecho acreditado o negociando con ellas) y cobran de todo y por todo sin que la mayoría haya pegado un palo al agua en su vida.
Usted, ni es demócrata ni lo será nunca, sólo se aprovecha de las instituciones para conseguir sus objetivos que no son otros, que acabar con el régimen de libertades y el estado de derecho que tanto costó conseguir. Es cierto que muchos le votan, pero también votaron millones a personajes de la historia que llevaron a la humanidad al genocidio, a la miseria y a la destrucción. La masa, desgraciadamente, no piensa, sólo se emociona, la masa es influenciable y crédula, es acrítica (no analiza), lo improbable no existe para ella, es voluble y cambia de modo de pensar con facilidad. Pero no se equivoque siempre habrá gente que no se dejará llevar por la marea populista y que luchará por defender el derecho a la libertad y a la democracia. España, más que le pese, es una gran nación y ni se va a romper, ni se va a convertir en una república bananera y neocomunista.
Quedo a su disposición para, si lo tiene a bien, debatir con usted en cualquier cadena televisiva donde, ingenuamente, llevan demasiado tiempo haciéndole “el caldo gordo”.
DB
PD: Dígale al Sr. Cañamero que los españoles votamos mayoritariamente el 6 de diciembre de 1978 una Constitución que en su Título Preliminar, art. 1, ap. 3 dice: “La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria”. Supongo que tan dilecto diputado ese día debía estar de garulla en algún supermercado y no se enteró.
