Región, país, futuro y estado del bienestar

El Estado del Bienestar. Estas cuatro palabras, que fueron un hito social e histórico en nuestro país, en nuestra región y en definitiva en nuestra vida, ha corrido en ocasiones más deprisa que el motor económico y también educacional que lo debe sostener.

Aunque algunos quieran menospreciarlo, seguimos siendo la envidia de muchos países más ricos que nosotros por tener una educación pública, una sanidad pública, un sistema de pensiones y beneficios sociales del que todo el mundo se puede aprovechar.

Pero este Estado de Bienestar, tan utilizado política y electoralmente, primero por su importancia, segundo porque atañe a todo votante y habitante, se ha mimado tanto que se nos ha olvidado que se sustenta gracias al desarrollo.

Queremos seguir saliendo todas las noches y comer fuera en restaurantes, pero tenemos cada vez menos dinero. El estado del bienestar ahora mismo está herido, está enfermo. Este derecho consolidado de todos los españoles, nos está endeudando, pero ahora que le debemos dinero al que nos lo presta para seguir manteniéndolo, no nos pueden decir ni nos podemos resignar a que tenemos que renunciar a parte de sus beneficios.

Debemos alimentar a este estado del bienestar, debemos atraer inversiones, debemos generar empresas (y no el error de generar empleo), esa es la parte que atañe al motor económico. Pero además, tenemos el gran reto de potenciar el motor educacional, el inculcar a la población y a nuestros jóvenes en particular que pierdan el miedo a ser proactivos, a probar montar su empresa, a desarrollar sus ideas, a crecer social, industrial y económicamente, a cambiar el “estudia y hazte funcionario” por el “fórmate y hazte empresario”. Sólo así podremos seguir manteniendo el Estado del Bienestar en beneficio de todos.

Sólo así se podrá seguir construyendo una región, un país y en definitiva un futuro.