Oyendo los discursos y propuestas de algunos parlamentarios en el Congreso, no puedo evitar la imagen de los contrabandistas o los traficantes, que tratan de pasar su mercancía. Son capaces de esconderla en las propias entrañas, mientras repiten como posesos, las consignas con sus “mantras” inalterables. Los problemas vienen casi siempre de los ¡insaciables!, aunque se lo lleven todo.
Pero me inquieta más, ver a personas sesudas, inteligentes y preparadas, aceptar el debate con propuestas, de las que sólo se conoce el “envoltorio”. Convendría, al menos, analizar la formulación en sus términos, para concretar de qué se está hablando y no tener que imaginarlo.
Pienso, por ejemplo, en el “eslogan” del “derecho a decidir”, y me pregunto: ¿De qué derecho se trata? ¿Dónde está escrito? ¿Decidir sobre qué? ¿También sobre derechos ajenos? ¿Decidir… quién? ¿Todos o sólo los nacionalistas?
Considero que una proposición debería presentarse completa, con sujeto, verbo y predicado, para poder tomarla en serio. Hay que evitar que la sugerencia o la evocación, se hagan cómplices y consagren de hecho, un derecho inexistente o la usurpación del derecho de los demás, por un “postulado”. En esas insinuaciones llevan su contrabando, dando por supuesto lo que no prueban.
Gramaticalmente, se le “impide” al verbo “desembocar” en su complemento directo, y se deja que lo imagine el interlocutor. Así se pretende establecer un derecho por sugerencias, como si no necesitara justificación ni prueba, y “nadie” le exigiera el mismo rigor que para otras cosas.
Cuando se trata de buscar soluciones para el pseudo “encaje” de los separatistas, se usan también palabras “huecas”, sin contenido expreso, solo con el “celofán” del “Estado Federal”. Pero ¿por qué no abren la bolsa y nos muestran su contrabando ideológico? Cuando hablan de Igualdad en el federalismo, no se trata de la IGUALDAD entre todos, sino la IGUALDAD-ASIMETRICA O “DESIGUAL”.
Como si nos dijeran, eso se arregla con “un cuadrado redondo”, y se quedan tan a gusto, contando con la “comprensión” de los demás. Da la sensación de que nos quieren meter de “matute” su mercancía falsa. Las “razas” que se creen superiores, suelen caer en la peor de las miserias.
Respecto a los “derechos especiales”, no está clara ni completa su formulación. Se plantea como un “postulado” que habría que aceptar, por lo que sugiere o evoca.
Si se trata de decidir sobre un derecho compartido, como el de la soberanía entre todos los españoles, no pueden apropiársela, pues sería “un robo al conjunto” que se pretende convertir en derecho propio y exclusivo.
La solución del “Estado Federal”, sin definir ni concretar, no es más que traer un “misterio”, para aclarar un “problema”. Si en el Estado Federal todos somos iguales, a ver cómo se consigue, sin cambiar el nombre de la “Igualdad” ni llamarla “Igualdad-Desigual” o Asimétrica. El cambiar el nombre, no cambia la realidad.
¡Abran la mochila y enseñen su contrabando ideológico y camuflado!
