La Costa Azul
 | | 20 de Julio | 13:46
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Viajar, viajar y viajar, ¡qué sueño! He tenido la suerte de conocer ya algunos lugares de esos que dicen que hay que visitar al menos una vez en la vida, espero volver a ellos y poder ampliar mi lista de destinos. Ya he escrito sobre uno de mis destinos estrella, Nueva York, ya saben que cuando vea volando la punta de la Estatua de la Libertad lloro, no se preocupen que para entonces seguiremos escribiendo, El Correo Extremadura seguirá con nosotros y habrá documento gráfico.
La Costa Azul es otro de esos lugares que espero alguna vez visitar, me mareo en barco pero haré un esfuerzo y montaré en uno para conocer los lugares más recónditos; no disfruto más que cuando emiten un reportaje en televisión recorriendo sus playas, sus extensos paseos, Cannes, Saint- Tropez, Montecarlo, Niza.
Niza, ¡Niza! Ésa sería la expresión de muchos de los viajeros que decidieron su destino vacacional para estas fechas. Qué pena ver truncados sus sueños, qué pena ver rotos sus deseos, qué pena asistir a la barbarie, qué pena ser el objetivo de una sinrazón.
Hasta hoy no he sido capaz de escribir sobre lo ocurrido, sobre las imágenes que una y otra vez retumban en mi cabeza, ese camión blanco recorriendo uno de esos paseos extensos repletos de turistas, de franceses que salían a celebrar en comunidad su fiesta nacional y … todo negro, gritos, carreras, horror, sirenas, disparos y … la realidad, asquerosa realidad.
Por desgracia esto es lo que nos acompaña, se ha convertido en nuestro plato cada día, es ya un compañero de vida, o de muerte, mejor dicho, pero esta barbarie forma parte de nuestras vidas. Es nuestra lucha, la de todos, la del mundo entero, todos nos levantamos con esa lucha porque todos podemos ser algún día objetivo de ellos.
Ayer escuchaba a un chico en el aeropuerto, volvía de viaje, explicaba su experiencia, cómo había vivido lo ocurrido y terminaba diciendo, volveré a viajar, ya tengo el próximo destino y lo seguiré haciendo porque ni ellos ni nadie me van a parar.
Sin duda alguna ése es el espíritu, ésas son las ganas que tenemos que ponerle a la vida porque sino… Es muy fácil decirlo, es muy difícil hacerlo, es complicado vivirlo.
La vida se ha vuelto a ver truncada, ha vuelto a romperse la vida de muchos, familias que nunca volverán a ser las mismas, que nunca mirarán a su alrededor como antes.
Un antes y un después en nuestra sociedad desde hace ya años pero lo peor de todo es que aún no sabemos el porqué.
Niza, maravilloso destino, eterno azul, amaneceres inmensos y puestas de ensueño, Niza iré algún día y ni ellos ni nadie nos pararán, por las vidas que han sesgado, por ellos seguiremos viajando.
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