El corazón de Alejandro Magno conquista Mérida

Esta versión libre de Eduardo Galán y Luis Luque, sobre textos de Jean Racine, cuativó a los espectadores que pudieron disfrutar de una obra en la que el rey macedonio aparece como persona más que como el héroe que conocemos. La batalla del Hidaspes, su última batalla, es el escenario en el que transcurre toda la obra y es en este marco donde Alejandro Magno encuentra el amor. Una obra llena de miedos, amores, magia y colores de la India.

La obra comienza con la llegada de Alejandro Magno al río Hidaspes, magistralmente recreado en escena por la escenógrafa Mónica Borromello, a partir de ahí mil y una dudas del protagonista, encarnado por Félix Gómez. Es entonces, cuando tiene el primer encuentro con su fallecida madre, Olimpia. Encuentros que se repiten durante toda la obra, en los momentos en que las dudas y temores asaltan al rey macedonio. Quizás sean estos instantes en los que madre e hijo se hablan, los que más enternecieron al público, que con un nudo en la garganta, en la mayoría de ellos, escuchaban los sentimientos del protagonista y los consejos y apoyos de su madre.
			Primera aparición de Olimpia

 

Otro de los fieles aliados de Alejandro Magno es el general Hefestión (Armando del Río), que acompañó al rey en toda su campaña por Asia y se conocían desde la infancia, lo que hacía que su relación fuera mucho más allá de la que tenían en el campo de batalla, eran amigos. En esta obra eso queda reflejado en la fe y confianza que deposita Alejandro sobre Hefestión en asuntos muy delicados.

		Sin lugar a dudas la magia aparece en Teatro Romano cuando se cruzan las puertas de la India, es ese momento en el que los reyes indios Taxilos y Poros (Unax Ugalde y Aitor Luna) acompañados por Creófila, hermana de Taxilos y Axiana, princesa, encarnadas por Diana Palazón y Marina San José, entran en el espacio escénico. Colores, oro, aromas y danzas describen la magia de la India. Una magia que irá tornando en desconfianzas, amores, luchas y la búsqueda de la paz.
Primer conctacto con la India

Por un lado, existe el conflicto entre los reyes por el amor de Axiana, por otro el deseo de la negociación entre Alejandro Magno y los diferentes reinos indios, y articulando estas tramas el honor.

En lugares enfrentados se encuentran Creófila y Taxilos, que, después de sus dudas, deciden pactar la paz con Alejandro Magno y por otro el rey Poros y Axiana, que se niegan a negociar y buscan seguir siendo libres sin el sometimiento del macedonio.

Desencuentro entre Taxilos, Poros y Creófila

Son en estos momentos de la obra cuando el espectador desea que se encuentre un punto de entendimiento, algo que dudosamente se puede conseguir, principalmente por las diferencias entre los indios. El rey Taxilos, pacífico, mirando por el menor daño para su pueblo. Creófila, enamorada de Alejandro Magno y pretendiendo tener la mejor de las situaciones para que ese amor pueda florecer. Axiana, intrigadora, manipuladora y queriendo la libertad de su pueblo. Y por último,  Poros, el rey valiente, que lucha y va a la batalla por conseguir liberar a los suyos del dominio de los griegos, terco y enamorado de Axiana; que conforman el tándem perfecto de los reyes rebeldes.

 

Con todas estas tramas abiertas Alejandro Magno, como ya avanzábamos en el inicio, busca contentar a su corazón, que le pide una y otra vez que deje de matar. Tanto es así que en repetidas ocasiones se pregunta si vale de algo tanta sangre derramada. Con el apoyo de Hefestión y, sobre todo, de su madre Olimpia, consigue llegar a culminar con éxito su última batalla y con ella llega la vuelva a casa de todos sus hombres.

No hay que dejar atrás la parte técnica de Alejandro Magno, la muy brillante escenografía, se ve acompañada por la iluminación a cargo de Juan Gómez y por los vestuarios diseñados por Paco Delgado, que este año ha estado nominado al Oscar por mejor vestuario gracias al film “La Chica Danesa”, entre todo se consigue que el espectador viaje y se meta en el mundo de la India de hace veintiún siglos.

No se puede olvidar tampoco la dirección de Luis Luque y la potencia interpretativa de todo el elenco. En Alejandro Magno se puede disfrutar del hombre temeroso, al mismo tiempo que glorioso, gracias al protagonista Félix Gómez; al amor de una madre y la búsqueda del mejor camino para su hijo, bajo el nombre de Amparo Pamplona; la fidelidad y el amor de un amigo, interpretado por Armando del Río; la sensatez y la búsqueda del bien para su pueblo, de Únax Ugalde; el amor carnal y el de hermano, que expone Diana Palazón; y por último, la ambición y seducción Marina San José.

Elenco y técnicos saludan al final de la obra

Sin ningún tipo de dudas, una obra que envuelve al espectador, cautiva y aporta una visión diferente del hombre del mito, de Alejandro Magno.