El 25 de agosto del año 1105, Balduino I, rey de Jerusalén, derrotaba en la batalla de Ramia (Ramlah) a Al-Mulk Huseín, cerca del puerto de Jaffa. A pesar de que Toghtekin, el atabeg de Damasco envió tropas turcas para ayudar al fatimí, nada pudieron hacer contra el ejército cruzado.
Sin embargo, y a pesar de ser una importante victoria cristiana, podríamos decir que esta batalla, pasó de puntillas por la historia. A pesar de todo, no era la primera vez que sus habitantes contemplaban una batalla en ese lugar. En el año 1101, el 7 de septiembre para ser más exactos, tenía lugar la conocida como “primera batalla de Ramlah”, donde Balduino I derrotaba a Al Afdal Shahinshah, visir de El Cairo.
En mayo de 1102, otra batalla entre cristianos y egipcios tenía lugar en esta ciudad. Balduino I perdía en esta ocasión gran parte de su ejército, ejército en el que se encontraban entre otros Guillermo IX de Aquitania, Hugo IV de Lusignan, o Esteban, conde de Blois, quién moriría en la contienda.
Baulduino tuvo mejor suerte que sus compañeros de armas, y pudo escapar cabalgando hasta Arsuf. En esta ocasión Sharaf al Maali, hijo del visir Al Afdal resultaba vencedor.
Sin embargo, el 25 de agosto del año 1105, se produjo un acontecimiento prodigioso, un hecho espectacular digno de se recogido por los cronistas de la época, los cuales dejaron en un segundo plano la victoria de Balduino.
Ese día, un cometa surcaba el cielo del campo de batalla bajo la atenta mirada de las huestes que se encontraban en liza. Todo un milagro:
Anno Domini M° CV° fue fecha la tercera batalla de los [de] Babilonia contra los de Belin: E fue uista una estrella que llaman planeta XL dias que auie assi grant cola de fuego que todo el ayre estaba alumbrado desde la mañana que el sol salie hasta hora de tercia, e semeiaua a los ommes que auie dos soles, uno daca e otro dalla, muy grandes, que non eran muy claros e en derredor del sol aparecio el arco en el çielo assi como en tiempo de ynuierno.
Este sorprendente hecho, capaz de eclipsar por completo la victoria de Balduino I, fue recogido tal y como hemos podido leer, en los “Anales de Tierra Santa”, relato que se encuentra custodiado en la Biblioteca Nacional de Madrid, manuscrito 10046.
Este maravilloso y curioso manuscrito es una traducción realizada a finales del siglo XIII de un Anal francés que se encuentra en la Biblioteca Nacional de París, fr.24941.
Dos auténticas maravillas. Original y traducción.