Publicidad en ElCorreoExtremadura.com
25 de Abril. 06:20 horas
Facebook El Correo Extremadura Twitter El Correo Extremadura  
 
Últimas noticias de actualidad de Extremadura en El Correo de Extremadura
Ir a Inicio
 
Opinión-Editorial

Entre dos orillas

13 de Junio | 12:21
Entre dos orillas
Somos lo que leemos (y lo que no leemos también) y sentimos lo que decimos, siendo esto último la huella imborrable que delata nuestra esencia más primordial. En este acto sublime de contar palabras, arte que se puede hacer con mayor o menor acierto, empleando para ello una amalgama de recursos variopintos (discurso hablado, escrito o gesticulado), pero que en resumidas cuentas todo el mundo utiliza, mostramos el universo particular del que estamos hechos.

En esa muestra de sinceridad plena, a veces afloran un sinfín de contradicciones antagónicas que se dejan entrever en forma de rasgos individuales que conforman nuestra personalidad, y que hemos forjamos a golpe de página leída y escrita, siendo estas dos necesidades vitales las  que dan sentido a eso que se denomina aprendizaje y que nos va moldeando en torno al propio devenir de los acontecimientos.

De esta manera, si tuviera que definirme a mi mismo, diría que mi YO es una encrucijada a la cuál llegan y de la cuál parten muchos caminos entrelazados aunque todos ellos acaban confluyendo en dos únicos senderos opuestos que forman los límites plausibles de mi persona.

Miro hacia un extremo y veo un arroyo del cual bebe mi parte más reaccionaria, la esencia más “positivista” que albergo en mi interior; Dicho elixir, me da la fuerza necesaria para entender la vida bajo los principios de la voluntad, el esfuerzo, la consideración de los acontecimientos que vivimos (el gran mediodía) como un don preciado, sean como sean los hechos que vienen y van para volver a venir. Del mismo modo, tal ungüento también me da la posibilidad de conservar la fe y la esperanza en mi mismo y en mis posibilidades, y para ello, me protejo con un halo de superación personal que me hace caminar erguido por eso que llamamos vida. Es evidente que en esta orilla de mi SER rezuman las enseñanzas del individuo más humano que jamás haya existido, tanto que toda su obra por donde galopa una manada de centauros desbocados, estaba concebida para ayudar al hombre pequeño a, ni más ni menos, superarse a si mismo y a la humanidad entera, llevándolo así a golpe de aforismo más allá del bien y del mal.  En cierta manera, me considero hijo de aquel que caminaba en soledad junto a su sombra, y a la que le susurraba al oído siempre que tenía la oportunidad de hacerlo, que su voluntad era suya y de nadie más.

Pero también soy pasto del pesimismo más desangelado, de un tedio  insoportable que me conduce hacia el inmovilismo angustioso que me hace en ocasiones priorizar  lo onírico frente a lo sensible, a utilizar la reflexión como una actividad ulterior y a la saudade como puerta hacia mi propio Yo: en definitiva, a vivir sin hacerlo realmente. Es por lo tanto inevitable también reconocer la influencia  del padre más grande de todos heterónimos, el poeta que escribía en prosa mejor que nadie, aquel que vivió abrazado a los dos brazos de agua, el agua dulce y el agua salada que se confunden en un todo justo allí en la ciudad de la melancolía. Son sus suspiros en forma de palabra los que  marca la frontera al otro lado del universo particulado del que estoy hecho.

Soy consciente de la naturaleza tan distante de las dos efigies contrapuestas que me delimitan como individuo. ¿Pero cuándo soy una y cuando soy otra? ¿Se puede ser una misma cosa y la contraria en un mismo instante de tiempo? Lo dudo mucho. Realmente me inclino más por pensar que ante un acto, a veces miro más desde los ojos de una de ellas aunque sin dejar de sonreír igualmente desde la otra, y eso hace que me quede más distante o más cercano a cada una de mis dos orillas. Todo depende de lo que se desencadene en mi interior, del frenesí molecular causante de mi propio comportamiento, porque en esencia, somos tan simples pero a la vez tan complejos, que es la naturaleza misma en su mínima expresión la que explica el milagro de nosotros mismos en su máxima plenitud

A veces sería capaz de comerme el mundo, me faltan horas del día para destrozar con mis propias manos todos aquellos hechos que pasa delante de mí, me siento vencedor frente a todo y frente a todos, aunque sea la derrota la que me cubra los ojos. Otras, soy incapaz de emitir si quiera un gemido ante el inevitable paso de la vida, y son los hechos los que me avasallan y atraviesan con sus lanzas puntiagudas, haciéndome sangrar hasta perder el sentido y la orientación de la realidad.

Es muy difícil controlar esta vorágine de sentimientos encontrados que moldean mi consciencia, y de cuyo resultado mucho tiene que ver la influencia de esos  dos artistas del arte de las letras y del pensamiento a los que evoco desde este rincón, que pensaron lo que escribieron y escribieron lo que pensaron de forma tan apabullante que irremediablemente alcanzaron la inmortalidad entre párrafos y palabras; lo intento, lucho cada día por descubrir el punto exacto que me de el control total sobre mi propia existencia y no dejarme caer en los regazos de la extremada pureza de sus ideas, actúo como un alquimista perseverante en busca la piedra filosofal que me ayude a despertar la sapiencia necesaria para entender el estado de equilibrio de la combinación perfecta, pero no siempre lo consigo, y a veces me pierdo en mi mismo; entonce sufro, porque sé que es completamente insano quedarse a la deriva entre las dos orillas  por donde vaga mi vida.

No obstante, no quiero desesperar, sé que hay una salida y que al final me haré con la fórmula magistral que me permita alcanzar el pleno dominio de mi Ser. Sigamos leyendo, pues; es la única manera de encontrar el camino correcto.



ElCorreoExtremadura.com | Todos los derechos reservados. Contacto - ¿Quiénes somos?
© EL CORREO EXTREMADURA
EN CUALQUIER CASO TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS:
La dirección de este medio, no se hace responsable de las opiniones vertidas por sus colaboradores en este periódico digital
Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa.