19 de Abril. 13:15 horas
Facebook El Correo Extremadura Twitter El Correo Extremadura  
 
Últimas noticias de actualidad de Extremadura en El Correo de Extremadura
Ir a Inicio
 
Salud
PSICOLOGEANDO

El semáforo en rojo

18 de Mayo | 14:41
El semáforo en rojo
El niño espera en su carrito junto a su padre a que el semáforo se ponga en verde. Entonces una señora atraviesa la calle y el niño asustado le dice “no, no, está en rojo”. La señora sonríe pero continúa. El niño no entiende lo que su padre le ha enseñado.

Es una de las formas más sencillas de organizarnos. Si está en rojo no pases porque están pasando otros, cuando se ponga verde pasas porque los demás están parados. No sólo es por ti, para evitar un accidente, es también por respeto a quienes están esperando. El tiempo medio de espera es de veinte segundos. Y sin embargo solemos saltarnos el semáforo antes que esperar. Es especialmente grave si vamos con niños, o si hay algún niño en la escena. Porque se nos olvida que no paran de copiarnos. Y la responsabilidad de la educación es colectiva, de todos, no sólo de los padres.

Enseñar a respetar el semáforo es enseñar a respetar normas sociales básicas. Si están será por algo. Las normas no son perfectas, y a veces hay que saltárselas, pero eso necesita una explicación. Y que la gente pase en rojo por no esperar veinte segundos tiene difícil explicación para un niño. Saltarse esa norma es enseñar que se pueden saltar otras, incluso la de los propios padres. Pasar en rojo es una licencia a no abrocharse el cinturón en el coche, a coger una sartén con aceite hirviendo, a comer de pie o a tener conductas agresivas con otros niños. Sí, ya sé que me has dicho que eso está mal, papá, pero se puede hacer, igual que el semáforo. Después diremos que no obedecen o que no nos hacen caso, claro.

Y es que como decía François de la Rochefoucauld, establecemos reglas para los demás pero excepciones para nosotros. Lo que pasa es que para que haya una excepción ha habido que aprenderse bien la norma primero. Y para enseñar a los niños a cuestionar las normas hay que enseñárselas primero. Y una vez que tenemos claro qué normas son importantes para ellos nosotros debemos cumplirlas también. Si no, estamos enseñando incoherencia, hipocresía, contradicciones.

Porque también se da el caso de padres y madres que se escandalizan si su niño atraviesa con el semáforo en rojo pero ellos lo hacen. A veces queremos que los niños hagan cosas que no hacemos nosotros. Y eso es difícil de conseguir. No fumes, pero yo sí, no grites, pero yo sí, déjale tu bicicleta a tu amigo, pero yo no le dejo el coche al mío, dale gusanitos a ese niño, pero yo no le doy una moneda a un músico callejero que me la pide, duerme en tu cama, pero yo me quedo dormido en el sofá, come de todo, pero yo no porque hay cosas que no me gustan, haz los deberes por la tarde, pero yo acabé de trabajar a las tres, chuchería sólo las sábados pero yo alcohol a diario. O lo más grave en algunos casos, tú no pegues pero yo puedo darte un cachete.

Probablemente esto pasa porque no somos conscientes de todo lo que le estamos transmitiendo continuamente. Somos su principal referencia, y copiar lo que hacemos es más natural para ellos que cualquier otra enseñanza. Enseñemos a respetar las normas básicas de convivencia, pero respetémoslas también nosotros. Así que si queremos hijos sanos y responsables, tenemos que serlo también nosotros. Porque estamos educándolos continuamente. Y de eso dependerá su bienestar en el futuro.


ElCorreoExtremadura.com | Todos los derechos reservados. Contacto - ¿Quiénes somos?
© EL CORREO EXTREMADURA
EN CUALQUIER CASO TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS:
La dirección de este medio, no se hace responsable de las opiniones vertidas por sus colaboradores en este periódico digital
Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa.