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Agricultura, Ganadería y Toros
TRAJE DE LUCES

De Talavera al cielo

22 de Diciembre | 17:00
De Talavera al cielo
Hoy quiero compartir con ustedes una visita que hace unos días realice a la Base Aérea de Talavera La Real y Ala 23, como única escuela de Instrucción de Caza y Ataque (I.C.A.) para la formación de pilotos del Ejército del Aire español.

Ante todo agradecer al Cabo D. Gregorio Carretero Cordero destinado en la Sección de Fotografía, su inestimable mediación para transmitir mi gran interés por visitar la Base Aérea y por supuesto al Ilustrísimo Sr. Coronel Jefe del Ala 23, D. Angel Fernández de Andrés por autorizarla.

Soy de los últimos soldados de reemplazos que hicieron el servicio militar en España. Del 4/98 y fue precisamente aquí donde lo hice. Tenía muy fácil el librarme, solamente solicitando una prorroga de estudios como muchos de mis amigos hicieron, pero yo quería hacerla y jurar bandera, como mis abuelos, mi padre, mis tíos… y porque quería servir a mi país, España.

A mi llegada estaba el Coronel en la puerta del edificio de Jefatura para recibirme y darme la bienvenida. Ante mí, tuve la oportunidad de conocer a un hombre cercano, sencillo, amable, con don de gentes y por supuesto piloto. Quizás eso fue lo que más me impresionó, su pasión por volar, por el riesgo, por experimentar sensaciones distintas a lo normal. Creo que su vocación y la mía, tienen cierto paralelismo: hacer del riesgo una forma de vida y convertirlo en algo cotidiano.

Yo iba acompañado de Sergio Ruiz, un hombre de mi cuadrilla. Ambos pasamos al despacho del Coronel, y pudimos entablar una agradable conversación e intercambiar opiniones. Él ya estaba al tanto de que yo había hecho “la mili” ahí, y además, que habíamos coincidido durante aquellos 9 meses. Le comenté que todo seguía igual a como yo lo recordaba entonces, pero con mucha menos gente.

La anécdota que recuerdo con mas cariño y que le conté, fue que en aquel mes de noviembre, durante las actividades previas a la patrona de la Virgen de Loreto, el Coronel por aquel entonces, D. Marco Antonio Roel Fernández, dio su permiso para organizar un festejo taurino en el que actuamos 3 novilleros sin picadores, que habíamos coincidido en ese mismo reemplazo: Martin Quintana, Jesus Soto y yo.

Las vacas lidiadas, no recuerdo de qué ganadería eran. La plaza se improvisó con unas simples vallas y con camiones (jeje...!). Aquello lo recuerdo como una película, más concretamente la de La Vaquilla del director Luis Garcia Berlanga y cuyo reparto lo formaban actores de la talla de Alfredo Landa, José Sacristán y Guillermo Montesinos entre otros. Incluso, presidió el Coronel al cual le brinde mi faena y con ello me gane un permisito extra, yo siempre tan avispado. Fue una de mis primeras tardes en la que pude notar en mí la famosa “presión”.

Tras echar unas risas y recordar a algunos mandos como el Capitán y su hermano el Brigada Barroso, el Capitán Osorio, el Teniente Mayo entre otros y unas cuantas anécdotas de la época, el Coronel nos invitó a desayunar.

Seguidamente comenzamos una bonita visita por la Base, en la que pude ver la torre control, el simulador de vuelos, y los hangares donde revisan y reparan minuciosamente los aviones F5. También pude ver el museo de la Base, cargado de historia y recuerdos, en el que ante mi sorpresa permanecía guardada la bandera con la que juré lealtad a mi país.

Me ha encantado hacer esta visita. Y ahora, tras unos días, he llegado a la conclusión de que yo no hubiera quitado el servicio militar. Porque es una experiencia muy bonita y enriquecedora, a pesar de lo que opinen otros, y os explico el por qué.

Primero servimos a nuestro país. Segundo, aprendemos lo que es la disciplina en general y en este caso la militar, que a muchos de los jóvenes de hoy en día no les vendría mal, una pequeña dosis de esta. Y tercero, porque a muchos jóvenes les daba una opción, que era seguir siendo militares profesionales al probar y conocer con anterioridad lo que esa vida significaba. Esa es una de entre otras muchas razones por la que yo la hubiera dejado. En definitiva, valores que se pierden o que cuesta encontrar como la disciplina, el respeto, la responsabilidad, la amistad, el compañerismo, la obligación, etc.

No quisiera despedirme sin antes felicitar a la Base Aérea de Talavera por la Medalla de Extremadura recibida en septiembre de este mismo año y que recogió su actual Coronel.

Mis agradecimientos al Coronel D. Angel Fernandez de Andres, a mi amigo Gregorio Carretero y a todos los mandos que me dedicaron su tiempo para poderme explicar el funcionamiento de la única Base Aérea cuya misión principal es la de formar los futuros pilotos de combates de España. Para los “bultos” que no hicieron la mili, esto es como la película Top Gun, un fuerte abrazo a todos.
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